Alana S. Portero, el viaje iniciático de la heroína trans
Clipping | 16 de mayo de 2023 | #107
La novela ‘La mala costumbre’ (Seix Barral) parte de una infancia en el barrio obrero de San Blas para explorar la búsqueda de la identidad en el Madrid de la subcultura gótica. [Sergio C. Fanjul | El País]
Su novela La mala costumbre (Seix Barral), que ya tiene contratadas 11 traducciones (se habló mucho de ella en la pasada Feria de Fráncfort), trata sobre descubrirse trans y no saber muy bien qué hacer y qué sentir al respecto, qué hacer con el corazón en ese caso, pero también sobre la clase obrera periférica y menguante. Y sobre esa ciudad hermosa y horrenda que es Madrid.
En la novela se transluce, como en su obra poética anterior, su gusto por lo gótico, por lo romántico, por lo legendario y lo mitológico, también su formación como medievalista. “Alguien que no encuentra referentes puede acabar tirando por la magia y los mitos. Además, ese mundo está lleno de elementos de transformación, de personajes que cambian su aspecto y se convierten en animales o semidiosas… Eso, claro está, me apelaba”, explica.
“No es raro que las personas trans que se refugien en lo gótico― confirma la autora―. En aquella época era el lugar perfecto para los experimentos de género, ahí estaban permitidas cosas que en cualquier otro lugar estaban condenadísimas”. No solo eso, hilvanada en el texto también se encuentra una nutrida guía de la cultura pop asociada a lo LGTBI, de Madonna a David Bowie, de Boy George a Terenci Moix.

Sectores del feminismo tradicional también se han levantado contra ciertos aspectos de la Ley Trans, como la autodeterminación de género, y los más extremos han impugnado lo trans en general. “Yo puedo entender que haya dudas, y creo que se puede hablar de todo, pero la violencia que se ha empleado en este sentido es injustísima”, dice la novelista, “Puedo entender incluso que desde la intolerancia no quieran saber nada de nosotras… pero la violencia es intolerable. No se puede erradicar a un grupo de personas”.
Observa la autora una regresión en muchos aspectos en los que se había conseguido cierto consenso y aceptación, un retroceso a tiempos peores, aunque no tanto en su vida personal, en el ambiente que la rodea, en su barrio, en los bares, en el mercado, como en las redes sociales y en el debate público.
2. Jane Smiley: “Detesto ‘El rey Lear’, por eso lo reescribí”
Sexto Piso devuelve a las librerías ‘Heredarás la tierra’, la obra cumbre de la autora californiana, ganadora de un Pulitzer en el año 92. [Lara Gómez Ruiz | La Vanguardia]
Que una obra cumbre vuelva a las librerías siempre es una buena noticia. La tiranía de la novedad muchas veces ahoga, hasta el punto de que algunos clásicos quedan descatalogados. Es lo que le ocurrió a Jane Smiley (Los Ángeles, 1949) y su Heredarás la tierra. Ni siquiera el estar dotado de un premio Pulitzer le salvó de caer en el limbo.
Smiley confiesa que “nunca imaginé que el libro despertaría este interés. Hablaba de feminismo, sí, pero eso no estaba tan presente en los años 90. O eso creía yo. Al final, si solo te quedabas con la reseña, tenías ante ti un libro que trataba sobre agricultura y personas de campo. Pero, por alguna razón, llamó la atención a la gente. Y qué bien, porque entonces comprobaron que de lo que yo quería hablar era algo mucho más profundo”.
Su intención fue desde el minuto cero recrear El rey Lear , de Shakespeare, a finales de la década de los 70. “Es una obra que detesto con todo mi ser. El personaje de Lear no calla en todo el rato y no deja hablar a sus hijas. Yo me propuse reescribirlo y brindarles la voz que merecían”. También les cambió el nombre y pasaron de ser Gonerilda, Regania y Cordelia a Ginny, Rose y Caroline, más propios de Iowa, donde transcurre la trama. Una tierra que conoce bien la autora, pues vivió durante dos décadas mientras ejercía como profesora.
3. Elizabeth Duval: "Una buena parte de la izquierda está cómoda en la derrota"
La pensadora, próxima a Yolanda Díaz, publica 'Melancolía', un alegato a favor de recuperar la esperanza en las actuaciones en el espacio público. [Carlos Mármol | Letra Global]
P. Ha calado hondo aquello de que “Parece más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”. R. Esa frase de Fredric Jameson no está completa y suele citarse mal. Después se pone más optimista y habla de poner en marcha el motor de la historia. Por algún motivo la izquierda ha decidido quedarse con la primera parte, quizá porque nos quitaba un poquito de responsabilidad. Ya no teníamos que inventar el futuro o idear una estrategia. Parece que una buena parte de la izquierda está cómoda en la derrota. Pienso en el primer Podemos cuando discutía con Izquierda Unida por su una vocación minoritaria.
P. ¿La nostalgia del pasado no suele ser una cosa conservadora? R. Lo es. Ahí están los ejemplos de Mayo del 68 y del 15-M, la izquierda ha hecho el duelo de estos movimientos que se han anhelado y perseguido quizá en un momento clave generacional. Lo vivieron tan intensamente que luego han sido incapaces de no quedarse atrapados en el tiempo. Lo que era en su momento una mirada hacia el futuro ha acabado siendo una mirada hacia el pasado porque lo más importante es decir: “Yo estuve ahí”. Así en lugar de pensar en las cosas que podrían ser, nos quedamos con lo que no llegó a ser.
P. ¿Sumar es la respuesta a esa melancolía? R. Es posible. Igual que hay melancólicos del 15-M ya hay melancólicos de Podemos, un estancamiento en el 'aquello que pudo ser y no fue'. Se han creado muchas rencillas y relatos de traiciones por el camino. Eso impide cualquier elaboración de futuro.
4. Julio Llamazares: «Todos nos vamos con lo más importante de nuestra vida sin haberlo compartido con nadie»
Vagalume (Alfaguara), la nueva novela de Julio Llamazares, narra el viaje de un discípulo —en el periodismo, en la vida—al funeral de su maestro. Construido sobre un pequeño mcguffin de misterio, las preguntas de Llamazares van mucho más allá del juguete: la literatura, la vida, la vejez. [Edu Galán | Zenda]
P. El libro me descubrió, como a muchos lectores, la palabra vagalume -luciérnaga en gallego-. ¿Pero usted cómo se encontró con esa palabra?
R. A mí me la regalaron en un momento dado de la novela, que andaba un poco penitente con el título. Tenía un título provisional que era El puente perdido, que es una imagen que está muy presente en el libro, que el protagonista ve como una metáfora de su propia vida. Y un día alguien, una persona para mí muy querida, me dijo esta palabra, no como título de nada. Y entonces cuando me la dijo, no sé por qué, sentí que era el título de la novela porque era la palabra que yo andaba buscando sin saber cuál era. Captaba la esencia de esta novela: una reflexión sobre la pasión de escribir y que parte de una idea, que los escritores somos luces que se encienden en la noche para iluminar los sueños propios y los ajenos.
“El periodismo de hoy, desde hace 20 años, no tiene nada que ver. Es otro mundo. Pero en esencia lo que hay que tener claro es que en el fondo sigue siendo lo mismo. Periodismo es gente que le cuenta a otra gente lo que pasa o lo que piensa que pasa. Y la literatura es periodismo hacia el futuro y hacia el pasado, que habla de los grandes temas de la historia de la humanidad. Cambia la apariencia, pero en el fondo la esencia es lo mismo, la literatura, en el periodismo y en todo”.
5. Deepti Kapoor y los (muy occidentales) vicios de la nueva India
La novela ‘La edad del vicio’ ilustra el acelerón capitalista de un país que acaba de destronar a China como el más poblado del mundo. [Ángel Peña | The Objective]
Deepti Kapoor ha sabido capturar la esencia del nuevo sueño indio con una trama vibrante, adictiva. Abundan las sombras. La corrupción y el abuso de los poderosos, por supuesto, pero también el daño que estos se infligen a sí mismos. Entre el campo y la gran ciudad en expansión, con Nueva Delhi como paradigma, un buen puñado de personajes muestran las entrañas del gigante en construcción.
Kapoor ha colocado la que es solo su segunda novela en el club de lectura de Good Morning America y ha vendido los derechos a FX para hacer una serie. Occidente se pregunta, expectante, qué trae bajo el brazo la nueva narrativa india, capaz de bordar estructuras literarias completamente occidentales. Aquí ya mostramos el efecto de una evolución hipernacionalista a lo Rambo del fenómeno bollywoodiense con RRR, que se llevó el Oscar a la mejor canción original y numerosos premios de la crítica internacional. Esto es algo más. Aquí no hay bailes coreografiados. Aquí hay cruda realidad. El capitalismo rampante.
6. Jorge Dioni: “En el modelo neoliberal, las administraciones son empresarios de la ciudad”
Tras la 'España de las piscinas', Dioni publica 'El malestar de las ciudades' (Arpa, 2023), un libro que nos muestra el "movimiento" que no solemos ver del mundo urbano. [Olivia Carballar | La Marea]
P: La tesis que defiende en el libro es que la ciudad ha dejado de ser un lugar para vivir. Es decir, se ha convertido en un espacio económico que necesita “movimiento constante, propio y ajeno”. ¿Por qué la clave es el movimiento? R: Como soy profesor de escritura, una de las cosas que más me interesan es el uso de las palabras porque son la base de cómo vemos el mundo. Somos una cultura basada en el movimiento y la mayoría de palabras de ese campo semántico tiene connotaciones positivas. Por el contrario, si nos fijamos en los titulares de prensa, las palabras vinculadas a la ausencia de movimiento, como frenazo, parón, ralentización, tienen connotaciones negativas. De hecho, llamamos paro a la situación de desempleo.
BREVES
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