Alejandro Zambra: “Escribir es escribir mal, equivocarse”
Clipping | 7 de julio de 2023 | #144
Alejandro Zambra es un escritor que no creció en una casa llena de libros. Su hijo Silvestre, sin embargo, sí lo está haciendo. La relación entre ambos protagoniza el título más reciente publicado por Zambra, un curioso libro que de ningún modo puede calificarse como literatura infantil. Aunque se llame así. [José Durán Rodríguez | El Salto]
Me llama la atención una idea: “La literatura le ha cedido a la autoayuda casi todo el espacio reflexivo que la paternidad requiere”.
Sí, necesitas orientaciones concretas sobre asuntos que no están en YouTube, aunque parezca mentira. Yo leí cosas que parten de una idea de lo masculino muy retrógrada, que puede ser tristemente actual en muchísimos casos, pero pensaba que algo más debe de haber. En las conversaciones entre hombres que acaban de ser padres encontré un espacio muy interesante, muy nutritivo, que se mezclan con las conversaciones de la pareja pero son distintas.P. ¿Hay un paralelismo entre ser padre y escribir?, ¿el escritor cuida su obra como el padre cuida al hijo? R. Antes de ser padre la imagen que más me gustaba es que los libros son como los hijos cuando se van de casa. Ya los criaste, hiciste todo lo que había que hacer. Una vez que los publicas quieres que vayan a almorzar los domingos, que no se metan en demasiados problemas, pero ya no son tuyos. Pero esto trasciende estas metáforas. Los libros me importan mucho, pero ahora menos. Me he sorprendido a mí mismo pensando de otra manera mis libros, otros proyectos. Me ha vuelto a interesar la enseñanza de la literatura, creo que hay demasiadas cosas pendientes y hemos echado a perder la literatura. Se sobrepedagogizó, es muy difícil desintoxicarla de toda esta rarificación que sucedió en la escuela. Es tan distinto de lo que pasa con la música. Escuchas música y la analizas pero no tienes la sensación de estar analizándola, se mantiene a distancia de la palabra “análisis”. En cambio, una de las primeras palabras que te ponen en la cabeza cuando empiezan a enseñarte formalmente literatura es la palabra “análisis”. Y ahí todo se va a la mierda. Formalmente seguimos desaprovechando todos esos conocimientos democráticos con los que los niños llegan a los cinco años. Saben contar chistes, que es muy difícil. Los chistes funcionan casi igual que la literatura.
2. Libros en catalán para 'dummies' no catalanohablantes: los expertos recomiendan
Empezar a leer en catalán puede ser un problema para los lectores que no dominan la lengua; ¿qué propone el sector del libro? [Marta Gambín | El NacionalCAT]
¿Cómo saber escoger un buen libro para introducirse en la literatura catalana? Para Francesc Xavier González Cuadra, presidente del Colegio Oficial de Bibliotecarios y jefe de colección y adquisiciones al Servicio de Bibliotecas de la Generalitat de Catalunya, a la hora de hacer una elección lo más importante no son los cánones ni las lecturas más famosas o más vendidas: "al recién llegado a nuestra cultura se le tiene que ofrecer siempre calidad literaria". Pero una de las principales distinciones que hay que hacer a la hora de hacer esta elección esmerada y cualitativa es saber cuál es el nivel de alfabetización que tiene el usuario; no es lo mismo hablar de personas que se enfrentan por primera vez a la lengua catalana, como las personas migradas, que de personas que ya tienen un bagaje y un cierto nivel. En la misma línea se posiciona Albert Segarra, docente y filólogo que ejerce desde hace veinte años como profesor de Lengua catalana y literatura en la ESO y el bachillerato: "la realidad de los tipos de lectores que aprenden una segunda lengua es muy heterogénea, tanto como la realidad o perfiles de lectores de los catalanohablantes: habrá quien tendrá un hábito lector en la lengua de origen y habrá que no tendrá ninguno; por lo tanto, las lecturas tienen que ser sustancialmente diferentes para los unos y para los otros".
¿Pero qué piensan los que están alrededor de las estanterías para atender las peticiones y demandas de los lectores? Iolanda Batallé, escritora, editora y directora de la librería Ona Pau Claris, destaca la sección Catlit Experiencie que tienen en su espacio, con grandes autores de la tradición literaria en catalán —tanto del Principado como de las Balears o València— traducidos en otros idiomas, también con una sección de poemarios bilingües. Batallé considera que la poesía es una manera ideal de adentrarse en la lectura catalana, y pone como ejemplo los poemarios de Montserrat Abelló o de Maria Mercè Marçal, que pueden encontrarse en catalán e inglés, así como las obras de otros autores nuestros como Joana Raspall, Miquel Martí i Pol o Joan Margarit. "Me parece una manera preciosa de ir aprendiendo catalán", dice.
3. Saint-Exupéry, el arte de la literatura aérea
Más vivo que nunca, el legado de ‘El principito’ sigue atrayendo a los lectores 80 años después de su lanzamiento. [Guzmán Urrero | The Objective]
A vista de pájaro, Saint-Exupéry descubrió una nueva forma de felicidad en el denso y vaporoso aliento de las nubes. Allá en lo alto, en la cima del cielo, descifró el secreto místico que Shelley describió en uno de sus poemas: «la pupila con la que el Universo se contempla a sí mismo y se sabe divino». En busca de esa armonía sobrehumana, también se dejó seducir por el firmamento tachonado de estrellas y por la plácida monotonía del desierto.
Más allá de otro tipo de indagaciones biográficas, quizá el origen de El principito esté en los cuentos de hadas que le leía su madre al autor. En todo caso, como dice Frédéric Beigbeder en Último inventario antes de liquidación (2001), «el libro no está dirigido a los niños, sino a los que creen que han dejado de serlo. Es un panfleto contra la edad adulta y la gente racional, escrito con una tierna poesía, una sabiduría sencilla (…) y una fingida inocencia que, en realidad, esconde un humor irónico y una conmovedora melancolía».
La novela que dejó inacabada, Ciudadela, nos facilita hoy una radiografía aún más precisa de su espíritu. En ella se sobreponen la voz del piloto y la de un narrador bereber que observa cómo crece el desierto. El resultado es un texto casi religioso, en el cual van articulándose los grandes temas que conmovieron a Saint-Exupéry: el viaje, la divinidad, la ensoñación y el amor.
4. «Revista de Occidente» deposita su legado en la Caja de las Letras del Cervantes
La veterana publicación sobre pensamiento y literatura, fundada en 1923 por el filósofo José Ortega y Gasset, cumple este año su centenario. [Antonio Paniagua | La Voz de Galicia]
La Caja de las Letras del Instituto Cervantes acogió ayer el legado de la Revista de Occidente, mítica publicación fundada en 1923 por el filósofo José Ortega y Gasset y que este año cumple un siglo de vida. En la caja número 914 de la antigua cámara acorazada del que fue Banco Santander Central Hispano fueron depositados cuatro ejemplares, correspondientes a cada una de las etapas por las que pasó la revista, así como libros de los pensadores Javier Gomá Lanzón, Diego Garrocho, Adela Cortina y Remedios Zafra.
Cien años después, aquella iniciativa aún existe. El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, cree que el espíritu de la revista guarda la esencia de la personalidad de Ortega y Gasset, quien entendió que la difícil coyuntura de la España de principios del siglo pasado no invitaba a encerrarse en una cátedra. «Había que mezclarse con la realidad y sus demandas de cultura. Por eso comprendió que buena parte de su trabajo se tenía que hacer en los periódicos. Con la Revista de Occidente intentó buscar un punto intermedio entre el periódico, a veces obligado por la urgencia y la superficialidad, y el libro académico, encerrado en el rigor entonces de los despachos universitarios», recordó.
5. Sandra Hernández: «Quería contar esta historia que ahonda en temas universales desde la piel de una mujer»
Frankenstein (Bang Ediciones, 2023) de Sandra Hernández, un relato gráfico fiel al argumento original pero con un giro que muestra el lado oculto de la luna, porque el doctor F. es una mujer. Una científica de cabello rojo: la madre del monstruo. [Bel Carrasco | Zenda]
P. Además de convertir al doctor F. en mujer, ¿pensaste en otras alternativas posibles para darle la vuelta al original? R. Sí, hubo algunas otras ideas, pero introducían cuestiones que en realidad no venían a cuento, me alejaban del espíritu de la novela y desde el principio tuve muy claro que lo más novedoso que podía hacer con esta adaptación era adaptarla con fidelidad. Porque eso es algo a lo que se ha ido resistiendo todo o casi todo el mundo que se ha acercado a este clásico y eso para mí es un misterio.
P. ¿Se puede vivir exclusivamente de las novelas ilustradas? R. Curiosamente, los autores son los que lo tienen más difícil en esta industria. Sin ellos no hay industria y aun así son el eslabón más débil de la cadena. Me cuesta aceptar esta paradoja. Y la tendencia es cada vez mayor, estos días se está viralizando el hashtag #ComicsBrokeMe que llega desde EEUU, donde los autores, cada vez más, ven cómo la industria que alimentan les da la espalda. Y si también está pasando allí… Me diversifico, así es como sobrevivo. Soy ilustradora, a secas. Pero si pudiese elegir, si pudiese vivir de ello, me dedicaría en cuerpo y alma a hacer cómics.
El premio a la trayectoria de una librería ha sido para Ali i Truc de Elche, mientras que el galardón a la librería más innovadora ha sido para Tirant lo Blanch Online de València. Así mismo, la Red Municipal de Bibliotecas Públicas de Llíria recibirá el premio a la tarea del personal bibliotecario por el fomento lector.
6. Sara Stridsberg: "La muerte no es ningún enigma"
Se cumplen 10 años de la muerte del filósofo barcelonés, que, con eslabones de Nietzsche y Platón, forjó un sistema abierto, antipositivista y antidogmático. [Justo Barranco | La Vanguardia]
La Antártida del amor (Nórdica), la nueva novela de la sueca Sara Stridsberg (Solna, 1972), arranca con un asesinato en un bosque. Podría ser el inicio de una de las novelas negras nórdicas que han conquistado el globo en las últimas décadas. Pero en La Antártida del amor es la propia víctima Kristina, Inni, la que toma la palabra. La que comienza el libro narrando su muerte en un frío y húmedo directo. La recuerda, desapegada, desde las alturas. Ve cómo un hombre la estrangula en el bosque, la despedaza en siete partes y guarda los restos en dos maletas. Inni recordará ese momento una y otra vez en su narración. Porque lo que sigue no es una investigación policial sobre un sádico sino la mirada de una mujer muerta a su pasado –trauma, droga, prostitución, hijos perdidos– e incluso al futuro.
BREVES
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