Ariana Harwicz: «Un artista no se puede reducir ni a su identidad, ni a su ideología, ni a su género»
Clipping | 5 de octubre de 2023 | #188
Sin morderse la lengua, la argentina Ariana Harwicz defiende, vehemente, que al escribir hay que estar «dispuesto a todo», algo que plasma en su nuevo título, el ensayo El ruido de una época (Gatopardo ediciones). [Zenda]
En una entrevista con EFE, la escritora cree que un artista «no se puede reducir ni a su identidad, ni a su ideología, ni a su género, nunca debería ser susceptible a ser reducido a una sola cosa», de la misma manera que propugna que una «obra no debe reducirse ni a una interpretación, ni al signo de su época, ni a una ideología, ni a un tópico», justo en un momento, en este siglo, en el que «se intenta por todos los medios leer las obras desde la reducción».
A su juicio, la literatura es «el lugar de lo imposible. Escribir es, sobre todo, sustituir la ley, algo que ocurría antes, porque ahora parece que hay que someter la escritura a la ley para ser morales».
«El libro —precisa— no es solo bélico y beligerante y toma posición política, sino que es, sobre todo, una obra que tiene un espíritu romántico, quizá fuera de moda, más del siglo XIX que de éste, en el sentido de que propone pensar cuáles son las condiciones para crear, para generar una obra poética, para pensar el mundo. Sobre dónde tiene que estar la mente del novelista para poder hacer lo más difícil, que es escribir».
En cuanto a nuevos proyectos, Ariana Harwicz avanza que publicará en Anagrama el próximo año una nueva novela, Perder el juicio, y que está en pleno trabajo de creación de una ópera, Dementia, que estrenará en el Teatro Colón de Buenos Aires en 2025, con música compuesta por Oscar Strasnoy, y con la puesta en escena a cargo de Mariano Pensotti.
2. Abdelá Taia: “Escribo sobre el mundo que he vivido, pobre, de los abandonados, los gais, las lesbianas y las prostitutas”
El autor marroquí acaba de publicar en España su último libro, en el que narra la vida de su madre, y a través de sus ojos critica a una sociedad patriarcal, miedosa ante el poder de la monarquía y aún seducida por el colonialismo francés. [Beatriz Lecumberri | El País]
Abdelá Taia (Salé, 1973) acaba de publicar su último libro, Vivir a tu luz (Cabaret Voltaire), un retrato minucioso, sentido, pero alejado de cualquier condescendencia, de una mujer pobre y analfabeta que “hizo frente sola y sin miedo a las injusticias que le fueron impuestas y a los peligros que representaban la sociedad marroquí o el colonialismo francés”.
“No puedo tener la arrogancia de pensar que he escrito un libro sobre la mujer marroquí. He querido contar parte de la historia de mi madre, una mujer llena de contradicciones y de lados oscuros, que se peleaba con las vecinas y manipulaba a mi padre, pero luchaba todos los días por nuestra supervivencia. No es un libro para glorificarla o descifrarla a través de mi mirada”, explica Taia, en una entrevista con este diario en Madrid, con su nueva obra recién llegada a las librerías españolas.
El libro traslada al mundo de Taia: un Marruecos rural, pobre, misógino y homófobo que en ningún momento se endulza, pese a su prosa impregnada de ritmo, sabores y colores. El lector viaja a una aldea cercana a la ciudad de Beni Melal, a Rabat y finalmente a Salé, su lugar de nacimiento.
3. La imposible soledad de estar cerca de Álvaro Mutis y García Márquez
Gonzalo García Barcha, hijo del premio Nobel, recoge los más emocionantes poemas del mejor amigo de su padre en un libro delicadísimo nacido de una admiración cuyo límite es la eternidad. [Juan Cruz | EPE]
Quien toca este libro toca a dos familias, o por lo menos a los dos padres de estas familias que formaron Álvaro Mutis y Gabriel García Márquez. Ambos colombianos, Mutis hubiera cumplido ahora los cien años y el autor de Cien años de soledad los cumplirá en 2026. Ellos dos, sus respectivas mujeres -Carmen Miracle y Mercedes Barcha-, sus hijos, vivieron a un palmo de cada casa, de modo que Álvaro fue para los hijos de Gabo, Rodrigo y Gonzalo, como un instructor de la vida y, sobre todo, el descubrir de la risa.
En esa casa de la calle Fuego, donde habitaban los Gabo, se escucharon muy pronto las carcajadas de Mutis, que eran como una luz a cualquier hora del día o de la noche en que se producían sus visitas. Era, recuerda Gonzalo en un libro delicadísimo (Nocturna, Álvaro Mutis, Libros del Kultrum), “como el rugido de un tigre” que los ponía a todos en vilo, a los mayores también, porque le gritaban al compadre: “¡Álvaro, no asuste a los niños!”.
4. Gabi Martínez, Delta Force de la literatura de naturaleza
El escritor mezcla narración y reportaje en su nuevo libro, en el que explica su estancia de un año en la isla de Buda, en la desembocadura del Ebro, para analizar la crisis medioambiental de la zona y componer un canto a la vida y los elementos. [Jacinto Antón | El País]
La naturaleza rebosa de belleza y de vida en este día de primeros de octubre en que Martínez ha vuelto a la isla de Buda, uno de los corazones del delta, para presentar in situ su nuevo libro, titulado somera y precisamente Delta (Seix Barral, en catalán en Ara Llibres). En Delta encontramos debate ecológico serio, datos científicos, comparaciones con otros espacios naturales similares de todo el mundo, la voz de clásicos de las ciencias naturales y el viaje como Rachel Carson y Wilfred Thesiger, o Vaughan Cornish.
Gabi Martínez llama al diálogo entre las diferentes sensibilidades e intereses que se enfrentan en el delta, de John Deere al martín pescador. “Tiene que lograrse un entendimiento entre los intereses medioambientales y la gente que vive y trabaja aquí”, subraya. Y considera que el arte y la literatura tienen un papel a jugar en la sensibilización para proteger el delta. Porque lo más importante, remata, es conseguir un futuro para ese territorio indómito amenazado por la Gran Tormenta, el ascenso del mar y la indiferencia humana.
5. Manuel Astur y 43 cuentos auténticamente zen (y no sucedáneos)
“El mindfulness y todo eso, tenga el nombre que tenga en el momento, no es más que una simplificación infantil de algo muy profundo. Es a la filosofía y el pensamiento lo que un anuncio comparado con una gran película”. [Miguel Garrido de Vega | El Asombrario&Co]
En el cielo, una nube (Satori, 2023) es una antología, pero no una al uso: 43 cuentos zen, 43 piezas muy breves recopiladas de la tradición oral japonesa, reescritas, curadas y presentadas al lector en un formato limpio y claro; sin moraleja, sin enseñanza ni objetivo preconcebido y que, sin embargo, atesoran el potencial para ser la llave que nos libere de las cadenas del ego.
Estos cuentos los he escrito a lo largo de una década para mi uso y disfrute, de modo que el ego consistente en querer impresionar a los otros no existía. En cambio, sí usé, como en realidad trato de usar siempre, mi verdadero ego, pues, como decía Salinger, maestro Zen de la literatura, quien usa su verdadero ego no tiene tiempo para tonterías. Estos cuentos son universales, pero si los hubiera escrito otro serían diferentes, estos cuentos son parte de mi obra, no lo niego.
6. Manifiesto poético de la des-extinción
Quien pretenda proteger la poesía ignora que la poesía es la que nos protege. Quien la considere innecesaria, ignora que es imprescindible. [Manuel Rivas | CTXT]
El Manifiesto poético de la des-extinción figura en Lo que queda fuera, último libro de Manuel Rivas, publicado este mes de octubre por la editorial Cuatro Lunas, del sello Kalandraka. Lo que queda fuera (‘O que fica fóra’) en su versión original en gallego, fue premio de la Crítica de Galicia de 2022 e incluye también el ensayo Por una luciérnaga: la ecología de las palabras en el manuscrito de la tierra.
“La poesía vomita, se rebela, interpela a los señores y dioses, del poder real o de la mitología, pero nunca hace estragos. Todo es de provecho, incluso su rabia. Es excitación creativa, germina, lanza luces en la oscuridad, enigmas en el deslumbramiento. Lo que la poesía tiene de desequilibrio, de asco, de vergüenza, va templada por su naturaleza de mata arborescente, excéntrica e irónica, esa compasión de la burla”.
7. Editorial Juventud cumple 100 años
El pilar sobre el que pivotará la casa desde el principio será el público infantil y juvenil. [Javier Memba | Zenda]
José Zendrera Frecha también fue uno de los fundadores de Juventud, la editorial que hoy cumple un siglo. Una centuria en la que ha tenido tiempo de ser la favorita de los niños y adolescentes de los años 40, 50 y 60, que se daban con avidez a esas lecturas que sus mayores calificaban como “edificantes” o “constructivas”.
Mención aparte merece la llegada a Juventud de las aventuras de Tintín, para jóvenes de 7 a 77 años. Conchita Zendrera, hija del Fundador, traductora de Enid Blyton y, desde 1939, muy entregada a la empresa familiar, había descubierto los álbumes del infatigable reportero de Le Petite Vingtième en 1956, durante una visita a Casterman, la editorial belga de Tintín, quedándose totalmente fascinada con el personaje.
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