El Ministerio de Cultura publica las estadísticas de esta sección en 2022: se inscribieron más de 92.000 obras con ISBN. [Nora G. Fornés | El País]
El Ministerio de Cultura ha publicado este martes las estadísticas del sector del libro en España de 2022, que confirman su estabilización tras el golpe de la pandemia. Un total de 92.616 libros. Hubo un total de 92.616 libros inscritos con ISBN en 2022 en España. Esta es una cifra similar a la de 2021, aunque representa un descenso del 0,1%. Es decir, cada día se publican 252 títulos, lo que supone 10 a la hora o uno cada seis minutos
Madrid, la comunidad donde más se publicó. Madrid fue, con 30.211 ejemplares, la comunidad autónoma donde más libros se inscribieron, seguida por Cataluña (23.017), Andalucía (15.493) y Comunidad Valenciana (6.041). Por el contrario, las que menos editaron fueron Ceuta y Melilla (28 en total para las dos), La Rioja (358) y Cantabria (416).
Un tercio de los libros fueron de ciencias sociales y humanidades. La categoría más abundante de los libros inscritos fue la de “ciencias sociales y humanidades”, con un 34,9% del total. Le siguieron los de ficción, o “creación literaria”, que supusieron casi un cuarto del total (24,7%). Los libros dedicados a los niños y a los más jóvenes abarcaron el 12%; los libros de texto el 7,8% y aquellos dedicados a “tiempo libre” un 7,2%. El mayor crecimiento (de 2,3%) se observa en los libros de texto, que aumentaron tanto en soporte papel como en otros soportes con respecto a 2021.
El 97,8% de los libros fueron primeras ediciones. Las primeras ediciones supusieron el 97,8% del total de libros inscritos en ISBN.
El 92,3% se publicaron por edición privada. Nueve de cada diez libros correspondieron a ediciones privadas y solo en el 7,7% de los casos el editor tiene naturaleza jurídica pública. El número de editores con actividad en 2022 fue de 3.132, con una producción media de 30 libros.
2. “Nos lanzaron a la libertad... y acabó siendo otro tipo de opresión”
Lea Ypi se sentó a escribir un libro de raíz filosófica sobre la idea de libertad y lo que le salió fue muy distinto y altamente disfrutable, Libre (Anagrama), una reconstrucción literaria de un tiempo y un país. [Begoña Gómez Urzaiz | La Vanguardia]
P. ¿En qué momento asumió que el libro que estaba escribiendo no iba a ser como lo había planeado? R. Lo cierto es que el libro no iba a ser ni personal, ni literario, sino una reflexión sobre la idea de libertad en la tradición liberal y en la tradición socialista. Pero entonces llegó el Covid, con toda su crisis existencial, y yo me encerré en un armario de Berlín…
P. La primera parte del libro es muy luminosa, lo que parece lógico. A los niños casi ninguna circunstancia les parece rara, porque esa es su realidad. R. No es que mi infancia fuera necesariamente feliz, es que no conocía otra cosa. Los niños dan por hechas sus circunstancias y su idea de la libertad es muy diferente que la de los adultos. Tiene que ver con la seguridad y con la confianza. Los niños no tienen opiniones políticas y no pueden experimentar la censura. El aspecto mas problemático de Albania durante el socialismo no era la escasez, que es algo que los niños acababan entendiendo. Lo más problemático era la censura política y eso a los niños no les alcanza. Por eso la primera mitad del libro es más inocente. En la segunda parte soy adolescente y se vuelve todo más complejo.
P. Fue consciente de los problemas del sistema capitalista bastante pronto. R. Mientras estaba en Albania pensábamos: bueno, esto debe de ser la Transición. En algún momento se acabará. Las primeras oleadas de migrantes que habían salido de Albania a principios de los noventa para ganarse la vida en Europa volvían con historias terribles de discriminación y desigualdad. También había muchos problemas de tráfico sexual, de drogadicción. Al ir a Italia me di cuenta de que no, de que eso no termina después de una Transición. Hay una sensación de enajenación enorme, y casi es peor en Gran Bretaña. A veces defino lo de ser una emigrante como una persona que va por ahí probando distintos tipos de estados fallidos.
3. Lyanda Lynn Haupt: «Los seres humanos no debemos imponer nuestras decisiones al resto de especies»
Lyanda Lynn Haupt adoptó un estornino. El resultado de la convivencia con su mascota y la investigación sobre Mozart quedan recogidos en un estupendo ensayo titulado El estornino de Mozart (Capitán Swing). [Miguel Ángel Santamarina | Zenda]
Al vivir con un estornino, descubrí que son animales muy sociables, también que son hermosos —tienen plumas luminosas— y fascinantes. Carmen se convirtió en parte de nuestra familia, ella participaba en nuestras actividades cotidianas y estaba siempre cerca de mí mientras trabajaba con el ordenador. Carmen hablaba todo el rato sin parar, imitaba mi voz y los sonidos de la casa. Su vocalización era humana.
P. ¿Cómo debe de ser nuestra relación con los animales en el siglo XXI? R. Uno de los problemas de la desconexión que hay con la naturaleza es que las personas de la ciudad quieren encontrar una cabaña en la naturaleza e irse allí a vivir. Pero lo último que necesitamos es gente que haga más caminos y más viviendas en el medio natural. Esto es una amenaza ecológica: que los urbanitas quieran pasear de forma turística por el campo. Pero evidentemente tenemos que conectarnos con la naturaleza porque somos parte de ella. La solución no es irnos a vivir al bosque, pero sí que debemos encontrar una manera de conectar con la naturaleza de una forma respetuosa. Es importante tener una conciencia ecológica en nuestra vida diaria para preguntarnos qué comemos, cómo nos vestimos y de qué forma utilizamos el agua. Y vivir así es hermoso. Sobre el futuro de los animales, pienso que nada es blanco o negro. Debemos comprender la complejidad que supone coexistir con un montón de inteligencias, como la que yo descubrí al convivir con Carmen. Los animales sienten el mundo y lo viven a través de su piel. Lo que necesitamos como humanos es un alto grado de humildad y reflexionar antes de tomar decisiones dañinas para la naturaleza. Los seres humanos no debemos imponer nuestras decisiones al resto de especies.
4. La Barcelona de los guiris ya tiene su novela
Ferran Escoda retrata, con acidez, el declive de una ciudad engullida por el turismo a 'Últims dies a l'Eixample'. [Adrià Puértolas | El NacionalCAT]
"Tengo la dosis de mala leche suficiente para empezar a escribir", confiesa al protagonista de Últims dies a l’Eixample (La Magrana). Y como habla de la deriva gentrificadora de la globalización y el turismo en Barcelona, resulta muy fácil empatizar con su rabia. Nos habla un "profesional de la escritura" que, sin embargo, dice odiar todos los géneros de la ficción y que ve como el edificio del Eixample donde ha crecido, propiedad de su familia, es engullido por la aparición de pisos turísticos, inmobiliarias e inquilinos de paso. Se afana por resistir el embate.
Ferran Escoda (Barcelona, 1960), escritor, poeta y periodista de larga trayectoria, retrata con mirada ácida y humor prácticamente kafkiano el conflicto contemporáneo de la Barcelona vendida a la especulación y destinada a convertirse en un escaparate para los recién llegados. La novela se puede leer como un retrato antropológico de la ciudad contemporánea, que a través de la hipérbole y el humor ácido e incluso absurdo, nos enseña de forma más nítida y rica lo que pasa bajo la superficie.
5. Nueva York, soledad y una manzana: la fascinación de Carmen Martín Gaite por Hopper
La escritora española dio a lo largo de su carrera muchas conferencias, ahora recopiladas en un libro. Esta sobre el pintor Edward Hopper estaba inédita hasta ahora. [Carmen Martín Gaite | El País]
Quisiera insistir en que lo más sorprendente para mí a lo largo de aquel otoño, siendo como era una extraña en la ciudad de los rascacielos, fue darme cuenta de hasta qué punto coincidía mi manera de interpretar lo que iba viendo y sintiendo con la visión de alguien tan neoyorquino por los cuatro costados como el artista que acababa de descubrir. Fue como un refrendo, como una conexión silenciosa pero indiscutible, hasta tal punto que él mismo me servía de guía y orientación. Me parecía llevarlo al lado, como la presencia callada de un maestro, que simplemente con un gesto de asentimiento o una indicación con el dedo te asegura de que estás mirando bien lo que miras. Y esto no solamente me ocurría por la calle, en los bares, en los cines, en las oficinas, en el metro y en los interiores de las distintas viviendas que me fue dado visitar.
6. 'El día que conocí a Bin Laden': la experiencia de dos expresos de Guantánamo en cómic
El dibujante Jérémie Dres cuenta la historia de dos franceses que terminaron reclutados por talibanes. [Ariana Basciani | The Objective]
Es la primavera de 2001. Estamos en Minguettes, en los suburbios más difíciles de Lyon. Mourad y Nizar se conocen de vista. El primero teme al segundo por su reputación de matón. Nizar no presta atención a Mourad, ya que es un tipo dulce, algo tímido y feliz que ha conseguido, a los 19 años, un empleo fijo como mediador en el barrio; tiene su coche y está enamorado de su novia, Djamila. El padre de Mourad, un inmigrante argelino y conserje, es el imán de la sala de oración de su edificio. A partir de esta serie de hechos, comienza la historia real narrada por el dibujante francés Jérémie Dres en El día que conocí a Bin Laden (Garbuix Books, 2023).
7. El no rotundo de Murakami al derribo del estadio que le animó a ser escritor
El escritor japonés muestra su enfado frente al plan de reurbanización de la zona de Jingu Gaien, en Tokio, que le inspiró en el pasado a iniciar su carrera en las letras. [Lara Gómez Ruiz | La Vanguardia]
“Me opongo firmemente al plan de reurbanización de Jingu Gaien. Por favor, deje esa agradable pista de jogging llena de vegetación y el encantador estadio Jingu como está. Una vez que algo se destruye, nunca se puede restaurar”, lamentó el escritor en su programa de radio dominical. Unas palabras que el autor dedicó a la gobernadora de la ciudad, Yuriko Koike, quien aprobó este proyecto que pretende edificar nuevos edificio en el corazón del considerado distrito verde tokiota a lo largo de los próximos trece años.
BREVES
La traducción, el modesto arte de pasar fronteras
Participa en la 75.ª Feria del Libro de Frankfurt
Marta Carnicero: “¿Qué lleva a tantos hombres a convertirse en bestias?”
Inteligencia artificial: El sector editorial reclama la protección de los derechos de autor
El retrato de Lorca se incorporará este miércoles a la Galería de Ilustres del Ateneo de Madrid