Contra las novedades literarias
Clipping | 22 de abril de 2024 | #316
¡Guerra a la mesa de novedades literarias!
Frente a la oleada de títulos recién publicados que inundan estos días las librerías, hablamos de esos libros que no lograron en su momento el éxito que merecían… pero que todavía pueden experimentar una segunda vida [Lucía Márquez|Valencia Plaza]
Cualquier tunante que se deje caer habitualmente por esos lugares llamados ‘librerías’ se habrá topado inevitablemente con una tendencia que lleva años atravesando el mercado editorial: la dictadura de la novedad. Cada pocas semanas las estanterías se ven inundadas de títulos recién salidos de imprenta que desplazan sin piedad a aquellos parientes que vieron la luz unos meses antes. Este fenómeno recorre todo el calendario, pero resulta especialmente fácil de identificar alrededor del 23 de abril, Día del Libro.
Abre fuego, Óscar Brox, librero en Ramon Llull. Y lo hace hablando de “darwinismo editorial”, pues las publicaciones compiten entre sí para posicionarse tanto en los anaqueles de las librerías “como en la agenda de los lectores”. Y, claro, sobreviven los más fuertes.
Alodia Clemente, librera de La Rossa, reconoce sus sentimientos contradictorios ese mantra “de que se publica demasiado. Estoy de acuerdo y no estoy de acuerdo a la vez. Es cierto que el ritmo editorial hace inasumible que el público pueda estar al día. Al mismo tiempo, tenemos un mercado extenso, rico y prolífico de pequeñas editoriales independientes con obras fantásticas”.
¿La fórmula de María García Cabrera de la librería Nöstlinger para luchar contra la exigencia de la última hora? Ignorarla: “si hay una obra que me fascina y quiero que la gente la compre, la destaco; me da igual que lleve 5 años, 5 meses o 5 días publicada, aunque sé que no es lo habitual. El hype por lo nuevo hace un tanto tirano al sector del libro”.
Entre las estrategias estrategias para que un tomo alcance ese ansiado renacer, Pepe Miralles, de la Librería Primado habla de la relación entre libreros y clientes: “ayuda a descubrir lecturas que la gente pasee por las librerías, y que no se dejen llevar por el algoritmo de ventas amazónico”. Una postura que respalda Brox: “buscamos contagiar ese entusiasmo por el libro, compartir ese descubrimiento. Poner su valor por encima del factor tiempo y saber cómo transmitirlo al lector”.
2. La IA escribe libros, hace portadas y pone en jaque al sector editorial
Los pequeños editores se resisten a sustituir la mano humana por la del robot, pero los usos de esta tecnología en el sector creativo no dejan de crecer. [Bruno Pardo Porto|ABC]
En el sector editorial hay quien todavía se resiste a estos 'progresos'. Diego Moreno, editor de Nórdica, que tiene un catálogo donde la ilustración tiene un gran peso, dice que ni han usado ni van a usar estas herramientas de IA. «Si queremos tener un sector rico en el ámbito de la creación deberíamos defender a quienes viven de esto. Un mundo sin ilustradores, impresores, autores o editores es un mundo peor», asevera.
«En Penguin Random House nos mantenemos firmes en la defensa y protección del elemento humano de la creatividad, al tiempo que estudiamos las formas en que esta tecnología transformadora de inteligencia artificial puede ayudarnos a mejorar nuestras labores editoriales». Ambos, eso sí, prometen respetar los derechos de autor.