Editorial Sigilo: Verdad, misterio, locura y maravilla
Clipping | 6 de mayo de 2024 | #325
Este 2024 cumplen diez años y no queda duda de que la editorial encontró en Sigilo, no solo una identidad sino también un espíritu. [Rocío Wittib|Zenda]
Verdad, misterio, locura y maravilla es el eslogan, Sigilo es el nombre, el segundo nombre de la editorial que fundó en 2014 Maximiliano Papandrea en Buenos Aires. El primero, que por varios motivos es mejor no mencionar, lo tuvo que cambiar en 2016, cuando llevaban seis títulos publicados.
Este segundo y definitivo nombre nace de la relación entre Maximiliano y Benjamín Labatut, a quien Papandrea considera un amigo del alma y con quien tiene relación hace muchos años. Fue mientras estaban en la búsqueda del nuevo nombre cuando el escritor chileno le habló a Papandrea del sigilo, un símbolo y procedimiento utilizado para hacer magia blanca. Palabra que además procede del latín sigillum, es decir sello. Un nombre tan literario como afortunado que resultó idóneo para la editorial especialmente por su relación con el rito mágico.
Una de las primeras cosas que llama la atención de Sigilo es, que a diferencia de muchas editoriales, no tiene colecciones. Una elección que les permite, además de ser flexibles a la hora de publicar, editar lo que crean que merece la pena ser publicado más allá del tipo de libro que sea. En su catálogo cuentan con ficción, poesía, crónica, cuentos, ensayo literario y también libros ilustrados.
En uno de sus libros más recientes, El hechizo del verano de Virginia Higa, se puede apreciar un rasgo muy característico de la editorial; la relación con las diferentes culturas, con lo extranjero y con problematizar los lugares de pertenencia. Virginia Higa publicó en 2018 Los Sorrentinos, su primera novela, un libro que se vendió y se sigue leyendo mucho en Argentina. Ahora nos presenta en su último libro una colección de textos relacionados con Suecia y su vida en Estocolmo. Una perla híbrida de no ficción contemporánea, donde la autora mezcla ensayo literario y crónica personal.
Entre sus próximas publicaciones adelantan tres títulos: El taller literario, de Francisco Bitar. Una novela divertidísima sobre un escritor bloqueado que asume una identidad falsa para participar en un taller literario y la lía parda. Djinns, de Seynabou Sonko. Primera novela de la escritora parisina-senegalesa sobre la vida, la familia, la identidad y la salud mental entre dos culturas contrapuestas.
2. 'El arte de invocar la memoria': desenmarañar la madeja del tiempo
El ensayo de la historiadora Esther López Barceló navega por la antropología y se sumerge en la memoria democrática para activar “el dispositivo de nuestras memorias particulares para conectarnos a una memoria compartida”. [Laura Martínez|El Diario.ES]
La imagen acompaña el ensayo El arte de invocar la memoria (Barlin Libros), de la historiadora Esther López Barceló, un texto breve en el que se asoma a la herida abierta de nuestro país. “Los zapatos activan el dispositivo de nuestras memorias particulares para conectarnos a una memoria compartida”, escribe López Barceló, que ve la exhumación científica como proceso comunitario que forma parte de la reparación.
“Hay una voluntad deshumanizadora en la forma de depositar los cuerpos en la tierra”, “como perros”, recoge López Barceló, que lleva años trabajando en la exhumación de fosas y en la divulgación de la memoria democrática. “La memoria es búsqueda”, sostiene en el ensayo, que combina la historia con la búsqueda de un tono poético, metáforas que puedan expresar lo que implica sacar los cuerpos de la tierra, entregarlos a sus familias, las leyes que lo posibilitan y las que buscan impedirlo. “Si empleamos la voz memoria es porque no sabemos cómo nombrar todo ese tiempo quebrado que quedó tras las desapariciones”, apunta, para después añadir: “Al descubrir la fosa, les devuelven el nombre, la vida en muerte”.