Tras el éxito de sus parodias del fenómeno ‘hipster’, el escritor repasa las edades del amor en su nuevo libro de relatos ‘El padre de tus hijos’. [Ángel Peña | The Objective]
El padre de tus hijos (Random House) «Son 16 relatos en los que intento cosas muy diferentes, pero si hubiera un hilo, yo creo que sería la maduración. Crecer…» Con el amor como combustible. En tres tiempos: «Una parte trata la ilusión del primero; otra, la asunción de responsabilidades que implica, y, al final, el resquebrajamiento de la pareja, que rompe también la imagen que tienes de ti mismo».
«Este libro tiene más que ver con libros que había escrito antes del hipster, el tipo de literatura con la que empecé a escribir». Pero con un punto de madurez diferente. «Me gustaba mucho Tobias Wolf, Martínez de Pisón, Ismael Grasa… Cuentos que no son exactamente realistas, porque juegan con la forma, pero tienen una descripción de lo cotidiano y un componente de ironía. Aunque a veces incluyen un componente más angustioso, como un espíritu de semi-thriller psicológico». Buena dosis de variedad. «Un amigo me decía hace unos días que parecía que había escrito como si quisieras despistar a los críticos».
Paradójicamente, la ficción propicia «un tono más emocional que cuando cuentas tu vida: cuentas tus problemas, tus fantasías, tus autosabotajes, pero no de una forma literal». Tampoco es que tenga nada Gascón contra lo autobiográfico en sí mismo: «Empecé escribiendo varios libros de ese tipo, y me gusta el género, pero me daba ya un poco de pereza la sobreabundancia de la autoficción».
2. Bret Easton Ellis: “Las redes sociales se han cargado el poder de la literatura”
El autor de 'American Psycho' presenta su nueva novela, 'Los destrozos': “Mucha gente se ha pasado a la derecha como reacción a los castigos de la izquierda”. [Laura García Higueras | El DiarioEs]
“Para nadie”. Clara, concisa y contundente. Así es la dedicatoria con la que Bret Easton Ellis abre su nueva novela, Los destrozos (Random House), que llega tras trece años de silencio literario. El autor de American Psycho y Menos que cero firma su libro más personal, autobiográfico en “un 60%”, donde realiza un viaje a su yo adolescente a través de una historia que mezcla deseo sexual, obsesión y rabia asesina. Un volumen que quiso empezar a escribir en 1981, pero que ha precisado de más de cuatro décadas para ver la luz. Un diario que todavía conserva ha sido clave para recuperar las conversaciones, discusiones y reflexiones incluidas en el ejemplar.
“Hay que vivir la vida con sus errores, controversias, cosas que salen mal, los amores no correspondidos. No hay nada que pudiera haberle dicho al Bret de entonces. Aquel tipo era lo suficientemente inteligente como para escribir y luchar por esta novela cuando se quería cancelar y censurar. Me gusta ver que me mantuve ahí pese a la presión que hubo, incluso cuando había tenido éxito, para cortar y quitarle partes. No sé si era un niño mimado, pero creía de verdad en el libro. Sabía que iba a triunfar”, ha expuesto. Aunque con un apunte: “No sé si tendría algún consejo para el Bret joven. Igual que se metiera menos cocaína. No necesitaba meterse tanta para meterse en este libro”.
3. Los nuevos libros para niños: la literatura se toma en serio la infancia
Ya no se limitan a ser historias positivas, divertidas y risueñas. También reflejan la realidad y abordan los problemas sociales. [Angélica Reinos | El Mundo]
Tradicionalmente la literatura infantil ha tratado temas escabrosos, pero con la finalidad de dejar una moraleja o de transmitir a los niños las consecuencias de la desobediencia. Eran historias abordadas de forma cruenta y sin tacto, como el cuento de Caperucita Roja. Sin embargo, muchas de estas obras fueron adaptadas, sobre todo por Disney, para desembocar en un final feliz. Con su evolución y el auge de los álbumes ilustrados, esta literatura pasó a tener fines más artísticos y de esparcimiento, y se convirtió en un artefacto cultural. ¿Por qué es necesario llevar los problemas sociales a los cuentos que escuchan o leen los pequeños? ¿Por qué evidenciar, en soportes destinados al entretenimiento, que en el mundo hay guerras, migraciones y muertes?
"Los niños están conectados con un espíritu muy crítico sobre el mundo y, al mismo tiempo, impulsados por su asombro", comparte Adolfo Córdova, periodista, escritor e investigador de literatura infantil. Él está de acuerdo con llevar los temas sensibles a los pequeños. Argumenta que ellos "se hacen preguntas difíciles sobre la realidad", preguntas que empujan "la historia de la literatura infantil hacia ese lugar en donde se reconoce a los niños como sujetos políticos". A su vez, Hernández Chambers resalta que "hay que tratar al niño como un lector inteligente, que es lo que es".
Colores y emociones: la polémica más sorprendente de la literatura infantil [Tommaso Koch | El País]
4. Nora Ephron: ingenio, inteligencia y unas gotas de frivolidad
La trayectoria de Eprhon va mucho más allá del periodismo. Muchos probablemente la conozcan por sus películas. [Mauricio Bach | The Objective]
«Cualquier cosa que no te guste de tu cuerpo a los treinta y cinco años te producirá nostalgia a los cuarenta y cinco», sentencia Nora Ephron (Nueva York, 1941-2012) en uno de los textos de No me gusta mi cuello, el penúltimo volumen de artículos que vio la luz antes de su muerte. Lo publica estos días en castellano Libros del Asteroide, que el año pasado ya presentó con notable éxito el último, No me acuerdo de nada. Ambos son un perfecto muestrario de la inteligencia y el sentido del humor de la autora, que añade además unas deliciosas gotas de frivolidad. Su ingenio forma parte de la riquísima escuela de humor judío de Nueva York. Aquí va otra perla a modo de muestra: «Cuando tienes hijos adolescentes, es importante tener un perro para asegurarte de que alguien se alegra de verte cuando regresas a casa».
Entre los mejores textos del libro destacan una suerte de autobiografía fragmentaria titulada La historia de mi vida en algo menos de 3.500 palabras y otro sobre las angustias de los padres contemporáneos. Este último se titula La crianza en tres fases y termina con este certero comentario sobre la familia a partir del momento en que los hijos ya se han hecho mayores y se han marchado de casa: «Sus hijos vienen de visita de vez en cuando. Se han convertido, asombrosamente, en personas encantadoras. Les parece a ustedes increíble tener la suerte de conocerlos. Les hacen reír. Les producen orgullo. Los quieren con locura. Sus hijos han sobrevivido a pesar de ustedes. Ustedes han sobrevivido a pesar de ellos. (…) Se acabó. Todo menos la preocupación. La preocupación es para siempre».
5. David Felipe Arranz, Premio a la Bibliodiversidad 2023
Los Premios, creados por la Comisión de Pequeños Editores (CPE) de la Asociación de Editores de Madrid (AEM), reconocen a las instituciones, medios de comunicación y personalidades que apoyan la edición independiente. [Zenda]
La Comisión de Pequeños Editores de la Asociación de Editores de Madrid, en el marco de la Feria del Libro de Madrid, ha entregado el Premio a la Bibliodiversidad 2023 al periodista, filólogo y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid David Felipe Arranz. A juicio del jurado que integra la Comisión, se le concede a Arranz este prestigioso galardón “por su enconada defensa y promoción de la labor de cientos de pequeñas editoriales, haciendo visibles no sólo sus libros, sino entrevistando y dando a conocer los nombres propios que hay tras este oficio, digno de reconocimiento social”. También han sido galardonados la Biblioteca Municipal Eugenio Trías; Mili Hernández, fundadora de la histórica librería Berkana y editora de Egales, y el editor José María Arizcun, fundador de la editorial y la librería Miraguano, que cuentan con más de 40 años de historia y que ha recibido el Premio de Honor.
6. ¿La escritora nace o se hace?
Radiografía de los talleres de escritura (y sus periferias). [Lucía Márquez | Valencia Plaza]
Cargamos la mochila de abrumadoras dudas existenciales y consultamos a Kike Parra y Bárbara Blaco, responsables de la escuela Selecta. Ambos recuerdan haber escuchado muchas veces la idea de que no se puede enseñar escritura creativa, “y, la verdad, es muy absurdo. ¿Se puede enseñar a tocar el violín, o a cantar? Sí, vas al conservatorio y aprendes. Lo mismo sucede con dibujar. ¿Por qué no con la técnica de la escritura? El problema es que como las palabras las usamos para todo, cualquiera cree que las domina. Y no es lo mismo la palabra hablada o utilizarla para comunicarse que hacer literatura, y esto sí que se aprende. Del talento se pueden decir muchas cosas, es verdad que se tiene o no se tiene, pero sirve de algo cuando, además, se trabaja. Para escribir bien hay que escribir (mucho) y leer sin parar”.
BREVES
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