Nuevas ficciones y textos alejados del ensayo adoptan el tono absurdo y deshumanizador del lenguaje empresarial como denuncia de los excesos de la cultura del trabajo. [Noelia Ramírez | El País]
Mientras escribía Los empleados (Anagrama, 2023), la poeta Olga Ravn (Copenhague, 36 años) seguía acudiendo cada mañana a la oficina en la que trabajaba para poder pagar sus facturas. “Era muy deshumanizador. Allí la gente decía cosas como ‘deberías hacer que tu workflow [flujo de trabajo] sea más eficiente’ y se acogían a esas expresiones de este neolenguaje de Recursos Humanos tan terrorífico como intrigante. Era como si tu vida interior no estuviera presente y solo te consideraran como un objeto de trabajo”, explica la autora en un intercambio de correos electrónicos.
Si Ravn opta por los informes laborales para marcar el tono de su trama, Mayte Gómez Molina se ha hecho con el premio València Nova por su poesía hecha con extractos literales de sus rechazos y búsquedas en LinkedIn (Los trabajos sin Hércules, publicado en Hiperión recientemente), Yaiza Berrocal ha construido una novela con documentos de Power Point y esperpénticas redacciones de contratos en Curling (H&O, 2022)
Los trabajos sin Hércules se gestó desde la impotencia frente a este páramo laboral. “Fue como si me cayera de un rascacielos al suelo. Necesitaba sacar el dolor, veía a todas mis amigas capaces y preparadas sin conseguir nada. Me leí Frágiles de Remedios Zafra y otros libros de ensayistas como Marina Van Zuylen o Jenny Odell y entendí la explotación de nuestro entusiasmo. Al final, la decepción es del tamaño de la promesa”, concluye.
Al igual que Ravn y Gómez Molina, Yaiza Berrocal también se basó en su experiencia como acomodadora del Teatre Liceu en su debut en Curling, otra distopía, esta vez de humor ácido, ambientada en un gran teatro, en la que carga contra la uberización del precariado cultural.
2. Belén Gopegui: “Nos proponen ser felices porque así no crearás problemas y competirás mejor en un mundo injusto”
En el marco de la segunda edición de las Trobades Albert Camus, celebradas en Menorca durante la última semana de abril, elDiario.es habla con la escritora Belén Gopegui. [Santiago Torrado | El DiarioES]
P: 'El Murmullo' aborda la literatura de autoayuda como si fuera una obra narrativa de ficción ¿Por qué eligió éste género y no otro? R: Me interesaba la autoayuda como síntoma; también quería indagar en las estrategias narrativas de un género que promete, sin la sombra de una duda, que la lectura de sus obras será capaz de mejorar tanto a la persona que lee como la situación en que se encuentra. Los mecanismos que utiliza, la voz narradora, una peripecia, generalmente compuesta de una suma de peripecias, y un destinatario, en este caso explícito, del relato, no son tan distintos de los que emplea la ficción.
P: ¿Piensa que hay una dimensión ideológica o incluso política de la autoayuda? R: La hay en la medida en que favorece un tipo de organización social. Cuando ante los problemas de la desigualdad, ante los errores políticos, el abuso de poder, la expropiación de los bienes comunes que van a parar a manos privadas, cuando ante la desidia y la incompetencia y la explotación que están acabando con el medio en que vivimos, la reacción que se propone es aprender a gestionar las propias emociones para encontrar la felicidad en el interior, con el objetivo de ser feliz y que te contraten porque siendo feliz no vas a poder crear problemas y vas a poder competir mejor en un mundo injusto, sin duda se está fomentando una ideología que sustenta una política.
3. Mercè Rodoreda: las caras ocultas de la escritora que vivía peligrosamente
Nuevas obras siguen ampliando la mirada sobre la obra, la vida y los rincones menos iluminados de la autora catalana. [Adrià Puértolas | El NacionalCAT]
Cuando se han cumplido cuarenta años de la muerte de Mercè Rodoreda, el ritmo de publicación de estudios sobre su figura parece que, lejos de aminorar, repunta. El año pasado ya apareció el notable Retrat de Mercè Rodoreda de Mercè Ibarz. Y este año, ha sido el turno de hasta tres volúmenes más. Destacan Ells no saben res (Club Editor), que reúne las cartas de la escritora a Carles Riba en los años más complicados del exilio francés, y Al mig de la vida, jo (Bruguera), un retrato de Rodoreda trabara de las cartas y entrevistas de la autora, escrito por la crítica Marina Porras e ilustrado por Elisa Munsó.
Se suman a otros como Anys de barbàrie (Edicions 62), de la investigadora Carme Arnau y las publicaciones que se encuentran en proceso y verán la luz próximamente. Entre estas últimas, la biografía de Carme Manrubia – con quién Rodoreda compartió los últimos años de vida en Romanyà de la Selva – que preparan a la exconsellera Mariàngela Vilallonga y Juan Manuel de Prada, o una nueva reedición de Jardí vora del mar con uno posfacio de Toni Sala, que Club Editor publicará el próximo junio. Son pruebas del magnetismo imperecedero no solo de la literatura de la escritora, sino también de las aristas de una vida y trayectoria con rincones y detalles todavía para explorar.
4. Kundera vuelve a casa: más de 3.000 libros y otros documentos se guardarán en la biblioteca nacional de Brno
Tras décadas de relación punzante con Chequia, el escritor cede su archivo personal a su ciudad natal, que se convierte en un referente indispensable para estudiar su obra. [David Granda | El País]
Věra Kunderová, esposa y agente del autor de La insoportable levedad del ser, cuenta que se inspiró en Philip Roth. Una noche de insomnio, preocupada por el futuro del legado de Milan Kundera, recordó que Roth donó sus libros a la biblioteca pública de Newark, donde se hizo escritor, y a la mañana siguiente llamó a Kubíček. La colección incluye más de 3.000 libros, entre los que destaca un original del siglo XVI de Montaigne, con la firma manuscrita del ensayista francés, y una edición especial de Gargantúa y Pantagruel, de Rabelais, con prefacio de Kundera.
El archivo tardará un año en digitalizarse y, antes de desvelar su contenido, Kubíček necesita que los abogados evalúen qué se puede publicar para evitar conflictos legales. Si bien, tras vacilar un instante, accede a mostrar el tesoro: están las cartas de Kissinger, Mitterrand, Fellini, Truffaut, Ionesco o Arrabal —una cartulina de tamaño A2 con pinceladas propias de la estética del tachismo—; las fotografías con Carlos Fuentes, Octavio Paz, Josef Škvorecký o Philip Roth, con Věra en el palco de un teatro de Praga en los años sesenta o solo, con la estampa de un actor de la nouvelle vague, en un bulevar de neones de París; la correspondencia con las autoridades comunistas cuando trabajaba como profesor invitado en la Universidad de Rennes.
5. Paloma Porpetta: "Cuando me encuentro con un poema inédito, me siento arqueóloga"
La archivera y heredera del archivo de Gloria Fuertes reivindica a la poeta de guardia y su obra para adultos con pasión. [Carmela García Prieto | EPE]
Al terminar su posgrado de Archivística y Documentación, Paloma Porpetta entró en la Editorial Torremozas creada por su madre, Luzmaría Jiménez Faro, en 1982. Había descubierto a Gloria Fuertes leyéndola con 19 años y siempre la acompañaba el libro Historia de Gloria (amor, humor y desamor), y aún lo hace. En 1998, antes de que se publicara Glorierías, la autora falleció, dejando a Luzmaría sus derechos, su archivo y su biblioteca. En 2000 se creó la Fundación Gloria Fuertes, de la que Paloma estuvo al frente ocho años, hasta que decidió enfocarse en su vocación de archivera. "Conservar, catalogar, describir y difundir los documentos que conforman un archivo es preservar la historia, la memoria".
25 años sin Gloria Fuertes, la poeta adelantada que no solo hablaba de globos
25 años después de su muerte, es posible que todavía haya en España quien crea que Gloria Fuertes era aquella señora que salía con corbata en la tele haciendo la canción de los globos. Tamaña injusticia solo puede combatirse acudiendo a su obra, tan adelantada y tan empática en tantos sentidos. Hija del conserje de un edificio y de una costurera que también servía en algunas casas, Gloria no tuvo apoyo familiar para hacerse escritora –su madre la castigaba si la descubrí leyendo-, pero sí una voluntad de hierro para descubrirse a sí misma como protagonista de su propia poesía autobiográfica. [Álvaro Romero | El Correo de Andalucía]
6. César Aira: «Un efecto flotante, ambiguo, que deje dudas sobre lo que se propuso el autor, es el ideal literario»
La entrevista que aparece a continuación no pudo hacerse en Buenos Aires como yo habría querido y tuvo que realizarse a partir de intercambios de mails. [Frank Báez | Cuadernos Hispanoamericanos]
P: ¿Puedes hablar un poco del humor en tu literatura? R: Desconfío del humor porque siempre está cerca de la vulgaridad de la concesión. Obliga a estar atento al gusto y el nivel de comprensión del interlocutor, es una forma degradada de la demagogia, que ya es una degradación del diálogo. Además, es una busca de efecto, necesita producir efecto, lo mendiga recurriendo a cualquier recurso, hasta la humillación y el autoescarnio, busca producir la risa, o por lo menos una sonrisa de compromiso. Eso puede estar bien para el chiste o el stand up o la televisión, pero la literatura, no por creerse superior sino, al contrario, por humildad e incertidumbre, es más prudente en la procura de efectos. Un efecto flotante, ambiguo, que deje dudas sobre lo que se propuso el autor, es el ideal literario.
7. Soledad Puértolas, premio Aragonesa de Honor: "Los orígenes marcan y me han hecho ser lo que soy"
La escritora, periodista y académica de la RAE, recibe el jueves por la noche el galardón honorífico por su extensa y prolija carrera literaria y su compromiso con el mundo de las letras. [Laura Rabanaque | El Periódico de Aragón]
P: ¿Le han influido estos orígenes en su pasión por las letras? R: Es que todos los orígenes marcan, te haces en esos primeros años. Luego la vida te hace enfrentarte a circunstancias muy distintas pero el carácter está ya muy marcado a los 14 años. Yo creo que lo que era cuando me fui de Zaragoza en gran medida es lo que me ha hecho ser lo que soy. Por eso me siento a gusto volviendo, y por eso habiendo mantenido el vínculo, ya no me produce un extrañamiento. Si yo no hubiera vuelto a Zaragoza desde los 14 años ahora me produciría una sensación abismal, pero he ido yendo y todo lo que es ahora Zaragoza, una ciudad actual y muy viva, lo he ido viendo poco a poco. Eso hace que cada vez que vuelva experimente esa alegría de reconocer mi pasado, pero también la evolución que ha ido experimentando la ciudad.
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