María Negroni, en busca lo indecible: “El alcance de las palabras no es infinito”
Invitada al Festival de Literatura Latinoamericana KM Amèrica
Clipping | 16 de junio de 2025 | #550
La autora es una de las invitadas al festival de literatura latinoamericana, donde presentará su ‘Colección permanente’. [Lara Gómez Ruiz|La Vanguardia]
“La mía es una vida entera dedicada a la escritura. No siempre como profesional, pues también fui abogada y luego me dediqué a la militancia política, pero el lápiz siempre me acompañó”, explica desde la terraza de una librería en Barcelona, la ciudad en la que una vez más será protagonista, pues es una de las invitadas del Festival KM Amèrica de literatura latinoamericana que celebra este lunes su cuarta edición y que se extenderá hasta el viernes en diferentes puntos de la ciudad, como Casa Amèrica Catalunya, el centro cultural Parc Sandaru o la biblioteca Gabriel García Márquez.
Negroni presentará a los lectores su nuevo ensayo Colección permanente (Random House), que “pretende ser algo así como una muestra de lo que soy. En los museos existen las colecciones temporales, que están por un tiempo limitado, y las permanentes, que son la esencia de lo que se quiere contar. Llevo años pensando en estas segundas y las he aplicado a mí, para extraer la esencia de las cosas que interesan y que forman a María Negroni. Su esencia”.
“Los escritores tenemos un instrumento que son las palabras. Pero su alcance no es infinito ya que hay cosas que no se pueden nombrar”, reflexiona la argentina, que compara el lenguaje con una mesa redonda: “Todo lo que sobresale de sus bordes es algo que parece imposible, o al menos complicado, de alcanzar con palabras”.
Negroni sabe lo complicado que es su objetivo, pero no cesa. “Si no vamos en busca de lo indecible, para el lector no será interesante leernos, porque ya habrá leído algo parecido en otro lado. ¿Qué podría aportar yo entonces? No es lo mismo decir que un pájaro canta que decir el canto amarillo del pájaro. Es desafío de todo artista el proponerse ir más allá de sí mismo”.
María Negroni: «El discurso largo pertenece a los militares; por eso prefiero el fragmento» [Ariana Basciani|The Objective]
2. Las editoriales migrantes exigen su lugar en la Feria del Libro de Madrid y en la industria cultural española
Una acción de protesta en la Feria del Libro de Madrid reclama más atención y apoyo a las editoriales impulsadas por personas migrantes y racializadas, que sobreviven pese a los obstáculos que reciben de las administraciones, según denuncian. [Jose Durán Rodríguez|El Salto]
En 2025 quienes han alzado la voz han sido las editoriales migrantes y racializadas para protestar por “los obstáculos administrativos y el racismo institucional” y para hacerse visibles “pese a la exclusión económica” a la que aseguran que les condena el mundo del libro en España. “Hablan del libro español, no de los libros y las letras en español”. La protesta tuvo lugar en la puerta del Pabellón Iberoamericano de la Feria del Libro de Madrid poco antes de la celebración de una mesa de debate sobre la edición migrante en España.
“Siendo un país diverso, aún los universos culturales migras siguen siendo invisibilizados por la industria e instituciones culturales. Durante años nos han visto como mano de obra y no como agentes culturales. Es decir, la circulación de libros, pensamiento, obra y creación migrante y racializada es actualmente muy limitada y, si no se llega al público, es muy difícil generar cambios hacia una sociedad más inclusiva y respetuosa”, explica Dagmary Olívar, de la Asociación Yo soy el otre, quienes junto a La Parcería Edita y con la colaboración de Plataformacero, han impulsado Migraturas, una iniciativa para localizar y situar las editoriales migrantes y racializadas que operan en España.
La escritora Gabriela Wiener, editora de Sudakasa Ediciones y, durante 2025, de la colección Yegua de Troya en Penguin Random House, entiende que “por reparación y memoria histórica, por la desigualdad generalizada del mundo editorial”, la Feria del Libro de Madrid debería ceder un stand gratuito el año que viene para las editoriales migrantes y racializadas. Ella rechaza como una opción participar en Indómitas, el espacio que, desde 2023, la feria madrileña ofrece a iniciativas editoriales alternativas y autogestionadas. Fueron 25 en ese primer año, 50 en 2024 y 44 en esta edición, 22 el primer fin de semana y 22 el segundo. “Las editoriales que reúne la Asociación del Nuevo Relato Social —Esto no es Berlín, La Mujer Rota y Sudakasa Ediciones— decidimos no ir porque este tipo de soluciones no van a la raíz del problema, son solo paliativos”, valora Wiener.
3. Culmina una Feria del Libro de Madrid afectada por el calor y con la convicción de lo que no es un libro
La cita literaria, que para el 11 de junio ya había recibido a más de 600.000 visitantes, ha estado marcada por la cancelación de dos tardes y la retirada de la revista cultural Jot Down. [Francisco Gámiz|El DiarioES]
Pese a los dos días de cierre por alertas de calor, que incluyen un viernes por la tarde, algo que Jesús de Norma Editorial no recuerda “que haya pasado en los últimos 20 años”, el editor celebra que la Feria del Libro “siempre va a más”: “Es como el amanecer, siempre va bien”. Hacia el mismo sentido apunta Valentín de las editoriales Abada y Maya, que considera que, “al margen de las incidencias”, no se pueden quejar y les “está yendo bastante bien”. “Se ha notado una mayor incidencia de público entre semana, habiendo incluso días que parecían fines de semana, sobre todo por las tardes”, destaca.
El ISBN, un código de identificación único que suelen llevar estos ejemplares en su parte trasera, se ha convertido en uno de los grandes protagonistas del Paseo de Coches. El viernes 6 de junio, en la Asociación de Editores de Andalucía, la directora de la Feria Eva Orúe exigió la retirada de la revista cultural JotDown porque no constaba de ISBN —las revistas, en lugar de ISBN, emplean ISSN—.
“Puede parecer un tema menor, y sin duda lo es en comparación con los gravísimos asuntos políticos y sociales que se suceden”, comenta Eva Orúe, “pero no deja de ser alucinante que alguien se plante en una Feria, desobedezca las normas que la rigen —no puede alegar ignorancia: incluso fue motivo de una conversación que mantuvimos en el congreso de editores andaluces de Sanlúcar—, se despache con un artículo absolutamente furibundo contra quien tiene la tarea de aplicar —no de redactar, el reglamento no es cosa mía— esas normas y que encima se beneficie de la benevolencia —y de la ignorancia— de tantos, que le hacen el favor de un retuit”.
La Feria del Libro de Madrid cierra con un balance provisional de 604.695 visitantes únicos [El País]
La magia de la Feria del Retiro, vista desde dentro por un librero y periodista [Andrés Castaño|El Asombrario&Co]
4. Román Piña Valls: “Mis fantasías de profesor han alimentado algunas novelas”
Román Piña Valls, mallorquín del 66, es un disfrutón del trabajo. Le apasiona escribir y lo compagina con sus clases de Griego en un Instituto de Palma y su labor como editor de Sloper, ha publicado Pisábamos los charcos, XXVIII Premio Ciudad de Salamanca. [Agustín Rivera|Zenda]
P. ¿Te arrepientes de no haber podido dedicar más tiempo a la escritura de libros por la docencia o el trabajo como editor? R. No, si hubiera tenido un proyecto que no hubiera podido sacar adelante, te diría que sí, pero al final he escrito todo lo que he querido.
“Mis fantasías de profesor han alimentado algunas historias, como en mi novela corta Sacrificio. Es una historia absolutamente fabulada, pura invención, pero el personaje principal, no el narrador, es un profesor de Clásicas metido a editor. Es mi perfil, pero todo lo que hace ese personaje no lo he hecho yo nunca en mi vida real. Es una salvajada sobre el mundo editorial y sobre los extremos a los que podría llegar la búsqueda de un éxito editorial. De eso va la novela”.
5. Astarloa, la librería de Bilbao que triunfa en el mercado de lujo
Astarloa se adapta a los nuevos tiempos gracias a la venta ‘on line’ de objetos de colección. [Ubay Morin|Deia]
Lejos quedan sus inicios como librería anticuaria en 1992, donde particulares e instituciones peleaban por ampliar su biblioteca con las piezas que traían. Tras unos primeros años con algunas dificultades, lograron establecerse en Bilbao aprovechando que la mayoría de libreros se iban jubilando. A finales de siglo y principios del actual consolidaron la marca que son hoy en día. Ahora son galería de arte, tienda de coleccionables y referentes en objetos únicos y preciados. En su portal de venta on line disponen desde libros de segunda mano por 5 euros hasta tapices por más de 7.000.
6. Librería Atenea, vivir rodeado de libros
Es la librería de referencia de la comarca de Zafra, que Iván Díaz, su propietario, considera «francamente lectora». [Rafael Vallbona|EPE]
La minúscula librería que Carmen Canseco abrió en el vestíbulo de su casa de Los Santos de Maimona no sació su pasión libresca, y por ello en 1989 se quedó con la Atenea de la vecina Zafra (16.711 habitantes). La trasladó a un local más grande y luminoso, con un altillo de madera que invita a perderse entre un dédalo de estantes repletos de libros y, hacia 2006, se la cedió a su hijo Iván Díaz, quien hoy la dirige «un poco a la fuerza, un poco por el celo de vivir siempre rodeado de libros».
BREVES
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Por Rocío Wittib