Un manifiesto exige a las administraciones "una apuesta clara" por recuperar y dinamizar unas agonizantes bibliotecas escolares en un momento en el que la comprensión lectora se desploma. [Helena López | EPE]
La preocupación venía de bastante más lejos, pero el detonante fue un artículo publicado a principios de abril en este diario titulado 'Más del 40% de los colegios catalanes no tienen biblioteca escolar pese a estar obligados por ley'. Alertados por la desoladora fotografía que dibujaba -un escenario en que las bibliotecas escolares tendían al abandono-, investigadores en Educación de distintas universidades de España empezaron a cruzarse correos comentando el dramático panorama en Cataluña, territorio en su día impulsor de las bibliotecas escolares, pero que con los años y de forma silenciosa, las ha ido olvidando hasta llegar a la situación actual; mientras la comprensión lectora no deja de empeorar.
En ese contexto, y fruto de ese primer cruce de 'mails' nace el 'Manifiesto a favor de las bibliotecas escolares y el acceso a lecturas en papel', hecho público este miércoles y firmado por más de 200 académicos, encabezado por los investigadores Gemma Lluch y Ladislao Salmerón, de la Universitat de València y por Héctor Ruiz Martín y Marta Ferrero de la Universidad Autónoma de Madrid.
"Pensar que puedes sustituir una biblioteca escolar por una plataforma digital es un error y tenemos que exigir a las administraciones una apuesta firme por el impulso de las bibliotecas escolares", destaca Héctor Ruiz, otro de los impulsores de texto, experto en psicología cognitiva del aprendizaje, quien recuerda que la investigación deja claro que los programas de dinamización de las bibliotecas tienen un impacto muy relevante en los resultados académicos algo, reitera, "irremplazable por una plataforma digital".
2. Dionisia García, la poeta de 94 años que sigue escribiendo versos y ganando premios
Su obra ‘Clamor en la memoria’, un homenaje a su vida en compañía del marido, recientemente fallecido, ha sido galardonado con el Nacional de la Crítica. [Sergio C. Fanjul | El País]
La poeta de 94 años escribió un libro al recuerdo de las largas décadas que vivió con su marido, al que conoció en tiempos universitarios, y con el que tuvo cuatro hijos. Todavía se decían “te quiero”. El poemario, titulado Clamor en la memoria (Renacimiento), ha sido distinguido este año con el Premio Nacional de la Crítica en la modalidad de poesía. Era un libro que necesitaba escribir para llenar del algún modo la ausencia de quien siempre estuvo ahí, el que fue amante, amigo y apoyo, la persona con quien compartía las lecturas y el sentido del humor.
Alaba la vida cultural de la ciudad de Murcia, y cuenta que va a comenzar a asistir a una tertulia que, por deferencia, van a celebrar en la cafetería debajo de su casa. ¿Cómo es ser poeta desde la periferia, lejos de los grandes centros donde se representa la vida literaria? “Yo creo que la poesía necesita silencio y reflexión, y creo que aquí hay menos ajetreo y distracciones que en las grandes ciudades”, explica.
Otro de los géneros que más ha trabajado García es el del aforismo, que recopila en el libro El pensamiento escondido (Renacimiento). Cuando se le pregunta qué es un aforismo, da una respuesta que parece uno: “Es una frase breve que deja al lector preparado para pensar”.
3. Gueorgui Gospodínov: "Cuando olvidas una guerra, estás condenado a empezarla de nuevo"
El escritor búlgaro, ganador del último premio Booker Internacional, charla con 'Abril' antes de su visita a la Feria del Libro de Madrid. [Inés Martín Rodrigo | EPE]
Para la crítica, para los medios y, tristemente, para los lectores, que son los que universalizan la obra de un autor, a su vida, la Europa del Este casi ni existe. Pero de esas latitudes continentales han salido, en las últimas décadas, escritores de un talento indiscutible, creadores de universos paralelos de difícil acceso para el común de los narradores. Es el caso de Gueorgui Gospodínov (Yambol, Bulgaria, 1968), al que la muy exquisita editorial Fulgencio Pimentel lleva publicando, y por lo tanto cuidando, en nuestro país desde mucho antes de que le dieran el último premio Booker Internacional por su novela Las tempestálidas.
P. ¿Cree que el auge de la extrema derecha y del nacionalismo en Europa y del populismo en todo el mundo son errores que se podrían haber evitado? R. Llamarlos "errores" es decir poco. En la novela intento pensar precisamente en esa vida recreada. Entender de qué manera la extinción de la memoria, nuestro Alzheimer colectivo, se convierte en caldo de cultivo para el nacionalismo y el populismo. Europa debería tener defensas suficientes, uno diría que está inmunizada gracias a la cultura. Pero no es así, en realidad sucumbe como cualquier otro a la epidemia del pasado.
P. ¿Augura un buen futuro para la literatura? R. La literatura posee superpoderes de enorme sencillez. Le mencionaré sólo uno de ellos: crea gusto y resistencia, algo que en estos momentos es terriblemente importante contra el mal gusto y el kitsch del nacional-populismo.
4. Dolores Reyes: "El caso de la Manada y los feminicidios demuestran que el sistema judicial es rancio y patriarcal"
La autora argentina retoma en 'Miseria' a la joven vidente Cometierra, que vuelve a buscar a desaparecidos gracias a su don [Anna Abella | El Periódico]
"En Latinoamérica desaparece gente todo el tiempo. La mayoría, mujeres a las que secuestran y que no aparecen nunca más. Hay gente que dedica el resto de sus vidas a buscarlas. En México hay 14 feminicidios cada día, en Argentina uno al día", constata la escritora Dolores Reyes (Buenos Aires, 1978), quien en 2019, con su ópera prima, ‘Cometierra’, se convirtió en la sorpresa de la literatura latinoamericana. El personaje que le daba título es una joven con un don: si come la tierra que han pisado personas desaparecidas puede adivinar dónde están. Ahora retoma a su vidente protagonista en ‘Miseria’ (Alfaguara), acompañada de su cuñada embarazada, en una nueva y contundente denuncia de la violencia contra las mujeres.
Reyes, profesora, activista y madre de siete hijos, ve "con simpatía" que digan que sus libros mezclan ingredientes del realismo mágico, que leía con deleite de joven, y del ‘noir’, que le fascina. En sus novelas, "sin embargo, la policía no es quien te cuida sino que está llena de turbiedad y corrupción". Habla sin pelos en la lengua durante la entrevista en Barcelona. "La policía desprecia a las madres cuando van a denunciar la desaparición de sus hijas. Les dicen que deben estar con el novio, que esperen... No investigan ni les interesan las mujeres. Y eso condena a las familias a recurrir a videntes y curanderos. Entre estos hay muchos estafadores y magia negra con oscuros ritos", explica quien asegura que no ha recurrido a ninguno para que le lea el futuro.
5. Francesc Tosquelles: el Schindler de los enfermos mentales
‘El cementerio de los locos’ de Evelyn Mesquida homenajea al psiquiatra catalán que participó en la Resistencia francesa salvando de los nazis a judíos y refugiados. [José S. de Montfort | The Objective]
Francesc Tosquelles (Reus, 1912) llegó a Saint-Alban el 6 de enero de 1940, proveniente del campo de internamiento administrativo de Septfonds (en el cual había ingresado, junto a su amigo Jaime Sauret, de manera voluntaria). Con él apenas llevaba una pequeña maleta con prendas personales, el libro de Hermann Simon Por una terapéutica más activa en el hospital psiquiátrico y la tesis de Lacan sobre la personalidad paranoica. Antes, y huyendo del régimen franquista, había cruzado la frontera a pie, atravesando el Aneto, el más elevado de los picos pirenaicos, con 3.404 metros de altitud sobre el nivel del mar. Se sabía pronto a ser fusilado; no le quedaba otra opción. Este sería solo un episodio de la vida olvidada del psiquiatra catalán, que recibe ahora un reconocimiento con la publicación de El cementerio de los locos (Ediciones B) escrito por la periodista Evelyn Mesquida.
6. Xuan Bello: «La literatura es una reflexión sobre el pasado invitando a vivir el presente»
El escritor en lengua asturiana trae su poesía a Padrón, Santiago y Lugo en el ciclo Rosalía no Camiño. [Héctor J. Porto | La Voz de Galicia]
«Olvidamos con frecuencia —arguye— que la literatura siempre se hace desde un sitio. Un escritor es de un tiempo y un país, pero eso no es una declaración política, es una fatalidad. Eres del tiempo que te tocó vivir. Yo tengo 58 años, soy de Asturias y escribo sobre lo que veo desde mi ventana. Creo que esa es la fórmula de la gran literatura: escribir de lo que se ve desde tu ventana; no de lo que quisieras que se viese, que puede ser también otra salida». Bello ama la literatura con acento. Es más, entiende que la literatura que no tiene acento no es literatura. «La literatura es la palabra dicha en solución de armonía, y la palabra dicha en solución de armonía se dice en un momento y en un tiempo y desde un sitio, y tiene que llevar de alguna manera en su espíritu el acento del lugar. Por eso admiro tanto a Delibes, por ejemplo».
BREVES
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