Leer, en la antología 'De viva voz', todas sus incursiones en la escritura de los otros, desde Juan Benet a Ignacio Aldecoa y Elena Fortún, es también circular entre sus propios talleres o telares [Juan Cruz | EPE]
No hay una página, una línea, una palabra que no sea propia de Carmen Martín Gaite en esta antología De viva voz que ha preparado para Siruela el profesor José Teruel. Es decir, hasta lo que el antólogo escribe para explicar sus hallazgos se corresponde con lo que luego resulta que es la voz de Carmiña en este libro que se lee como si uno estuviera escuchando (de día, de noche) a aquella mujer cantarina que también, y tan bien, canta en el libro.
En este libro, pues, está ella hablando, incesantemente, con cierta lentitud, con mucha información, y con la alegría de irse encontrando, mientras habla, incluso con sus amigos más arriscados o difíciles, como Juan Benet. Con éste discutía hasta el alba y luego se mostraban un cariño risueño. Sin dejar de lanzarse dardos que él renovaba en cartas que luego ella trasladó a sus conferencias para explicar, con unos y otros argumentos, lo que los juntaba, la amistad, y lo que los dividía, la apreciación distinta de la literatura. A Benet no le perdonaba una, y Benet jamás dio su brazo a torcer en defensa del castillo en el que (según ella) él vivía como un narrador aislado.
Aquí, en este libro, hay algunos pasajes memorables de esos encuentros (que no eran desencuentros: siempre se reencontraban). Discutieron sobre Nunca llegarás a nada, libro en el que él explicaba su probable autobiografía de escritor que nunca iba a tener demasiados lectores, o de La inspiración y el estilo, en el que Benet volcó sus primitivas ansiedades de escritor que, probablemente, se quedaría sin público. Sus discrepancias juveniles (y ya adultas) llegaron hasta la época en que ya no estaba Benet, y fueron parte de esa conferencia que José Teruel rescata en este libro precioso.
2. Literatura erótica durante la Segunda República: el ‘Marcial Lafuente Estefanía’ de libros con sexo salvaje, sado y referencias al bestialismo
Un ensayo rescata la misteriosa figura de Ángel Martín de Lucenay, que inundó los quioscos españoles de los años treinta con publicaciones de contenido sexual entre 1931 y 1936. [Paco Cerdá | El País]
Ángel Martín de Lucenay personificaba el pecado. Sus obras eran el pecado mismo. Un escritor que se lucraba con el escándalo y que había dado con la tecla adecuada: provocar y excitar. Ahora, su desconocida figura ha sido rescatada por el editor Servando Rocha en Suburbia. El gran libro ilustrado del erotismo, lo prohibido y la molicie en España (Editorial La Felguera), un viaje con olor a librería de viejo y a coleccionista añejo que husmea en los recovecos de lo más tórrido y cañí de aquel país telúrico hecho a base de sexo, drogas, sicalipsis y cuplé.
El ensayo retrata a mujeres liberadas que no pedían permiso en cabarets, fumaderos de opio, barrios chinos y comunas de nudistas. Retrata también a hombres que traspasaban límites morales entre venenos eufóricos, music halls y charlestón con extra de picante en los templos del descaro. Sigue los pasos de bibliotecas infernales —reinos del pecado en formato libro, revista o pasquín— que debían sortear la acción de las brigadas policiales antipornografía. Y ahí, ese hombre alto, ese varón apuesto con pelo largo, frente ancha, mirada melancólica tras las gafas y labios carnosos, ese hombre que firmaba más de un libro al mes —una especie de Marcial Lafuente Estefanía grafómano que cambiaba el wéstern por el sexo—, ahí Ángel Martín de Lucenay era el rey.
Los títulos de algunos de sus libros condensan muchas explicaciones: Cómo se imita la virginidad, Costumbres salvajes, La desfloración y su técnica, El erotismo en la guerra, Los extravíos de los magnates, Las grandes aberraciones, Masturbación y autoerotismo, Un mes entre prostitutas, Las perversiones sexuales, Vicios femeninos, Sadismo y masoquismo. De todo eso iban sus escritos.
3. “No somos otra cosa que una sucesión de encuentros con lo ajeno”. Entrevista a Munir Hachemi
Munir Hachemi (Madrid, 1989) es doctor en literatura por la Universidad de Granada, traductor y autor de, entre otros textos, Cosas vivas (Periférica, 2018), los restos (La Bella Varsovia, 2022), galardonado con el Premio Ojo Crítico de Poesía, y El árbol viene (Periférica, 2023). [María Ayete Gil | Revista Contrapunto]
Cosas vivas tuvo cierto éxito y me preocupaba quedarme encasillado ahí, máxime cuando yo vengo escribiendo desde hace mucho y he publicado por primera vez, entre comillas, “tarde”, a los 29 años. Lo que se ve en Cosas vivas es una de las formas narrativas que me interesa explorar, más directamente política y que se pregunta por el destino de la autoficción después de que esta se haya agotado, pero no es lo único que escribo ni que he escrito, así que El árbol es una toma de posición en ese sentido. De todas formas, te añado un elemento de continuidad que además he ido encontrando, no sin sorpresa, en mis textos anteriores: la obsesión con la justificación documental de lo que aparece escrito en el libro.
P. Las resonancias de Foucault y de Paul B. Preciado en la cuestión de la sexualidad son evidentes, ¿no? ¿O son imaginaciones mías? No hay matrimonios, pero hay trinomios; no hay penetración, pero hay otras prácticas consideradas por les mulai sexuales… R. Las resonancias de Foucault sí, aunque más en su forma de entender la historia y el lenguaje –de hecho, son sus textos los que motivan que el arqueólogo se llame así cuando en rigor es un antropólogo– que en sus trabajos sobre la sexualidad. Las de Preciado no lo sé, diría que sí, pero entendiendo a Preciado dentro de una conversación colectiva de la que participo y en la que él es un agente importante.
4. Editorial Dahbar, memoria de la historia reciente de Venezuela
En un contexto adverso, el sello fundado por Sergio Dahbar da “la batalla” publicando libros de periodismo de investigación, crónica y ensayo. [Francisco Olivares | Coolt]
Mientras importantes firmas editoriales se han ido de Venezuela en los últimos años por la situación política y las restricciones gubernamentales, desde 2006 la editorial Dahbar se ha abierto camino publicando libros de periodismo de investigación, crónica e historia escritos por autores de reconocida trayectoria, no solo venezolanos sino de Hispanoamérica. En diciembre de 2022, la editorial ganó el premio Jeri Laber - AAP International Freedom to Publish, un reconocimiento que ofrece la Asociación de Editores de Estados Unidos a la libertad de publicación.
En 2017 comienzan a producirse una serie de cambios políticos. Había protestas que provocaron muchas muertes, y publicamos libros que reflejan esos episodios, como 26 crímenes y una crónica: quién mató a la resistencia en Venezuela, de la periodista Carleth Morales Senges. Comenzamos a sufrir una situación muy complicada en Venezuela: empiezan los problemas con el suministro eléctrico, la escasez de gasolina y alimentos, el problema humanitario... Durante esos años van cerrando las editoriales y librerías. No se venden los libros y entramos en un proceso muy difícil. Eso hizo que empresas grandes como Planeta y destacadas editoriales venezolanas se fueran del país, y quedamos casi en solitario. Seguimos trabajando, pero no es bueno no tener competencia. La competencia te ayuda a crecer.
5. Los hermanos Machado, símbolo de una España partida en dos: la novela que recrea su relación
Joaquín Pérez Azaústre publica El querido hermano (Galaxia Gutemberg, 2023), Premio Málaga de Novela, donde Manuel revive sus recuerdos mientras viaja hasta Collioure para despedir a Antonio. [Pilar Castro | El Cultural]
El contexto real que actúa de marco se resume en pocas palabras: comienza el relato en Burgos, en febrero de 1939, con el rumor de la noticia (publicada en el diario ABC) de la muerte de Antonio, en Francia, en febrero de 1939. En Burgos reside Manuel desde el estallido de la guerra; asistía a una celebración de la familia de su mujer, en julio del 36, cuando se interrumpieron las comunicaciones en todo el país. El resto de los Machado permaneció en Madrid. Esta es la primera noticia que le llega en tres años; necesita saber más, acudir al entierro, despedir a quien fue su hermano y compañero en la poesía y en la vida. Las circunstancias juegan en su contra: a Manuel le han convertido en "poeta oficial del bando nacional" y Antonio representa el bando republicano. Significarse puede tener graves consecuencias y el viaje no es una opción fácil ni segura.
6. Joyce Carol Oates y el fantasma de EE UU: del breve racismo brutal al largo racismo latente
Defensora de que vida y violencia son inseparables en literatura, la nueva novela de Joyce Carol Oates es una exploración del racismo llena de talento, profundidad y malicioso humor. [Gonzalo Torné | El Mundo]
Sobre Joyce Carol Oates (Lockport, Nueva York 1938) pesa la sospecha de su prodigalidad. Más de cien libros (algunos, como este, voluminosos hasta el dolor de brazos) de todos los géneros imaginables. Algo que no parece molestar a sus seguidores. ¿No escribió decenas de libros Balzac? ¿Renunciaríamos a alguna de las novelas de Henry James? Lo sorprendente en el caso de Noche. Sueño. Muerte. Las estrellas (Alfaguara, 2023) es que la profusión de páginas no va acompañada de una gran fluidez narrativa, la lectura avanza entre prolongados párrafos, no diría descuidados, pero sí algo trabados.
7. Poética solar
Con humor, con ironía y también con desgarro, Aurora Luque juega con las palabras para buscar sentidos nuevos a la "enfermedad mortal" del lenguaje. [Francisco Díaz de Castro | InfoLibre]
Diez libros y cuarenta años de poesía integran esta edición de Las sirenas de abajo. Poesía reunida (1982-2022), a cargo de Josefa Álvarez, principal estudiosa de la obra de Aurora Luque. Diez libros, ordenados del más reciente al primero, a lo largo de los cuales la poeta almeriense ha creado una poética y un mundo propios en los que se imbrican inextricablemente la tradición clásica y la realidad contemporánea: "Dependo de por vida/ de una droga. De Grecia", afirmaba ya en Carpe noctem (1994).
8. Persiguiendo a Milan Kundera
Durante la primavera de 2005, en mi estancia en París, salía los sábados por la mañana a buscar a Milan Kundera. [Aloma Rodríguez | Letras Libres]
Milan Kundera: contra el infierno del paraíso [Gonzalo Gragera | Diario de Sevilla]
Milan Kundera a su editora, Beatriz de Moura: "Pero de mi obra, ¿qué ha leído usted realmente?" [Juan Cruz | EPE]
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