¿Pero es que todavía queda alguien que “se fíe” de los premios literarios comerciales?
Clipping | 14 de mayo de 2024 | #330
“Es tarea del crítico, como del artista, hallar el modo de sortear censuras tácitas o explícitas”
No es el reseñismo de “novedades” en prensa escrita el menester en el que se ocupa ya Ignacio Echevarría (Barcelona, 1960), sino en la crítica cultural en un amplio espectro que abarca el ensayismo, la edición “de mesa” y el periodismo. [Miguel Ángel Ortega Lucas|CTXT]
“La función del crítico, tal y como yo la entiendo, consistiría en contribuir a la construcción de ese criterio orientador. Un criterio lo más razonable y exigente posible, que permita a una comunidad más o menos amplia reconocer –en medio de la inabarcable e indiscriminada oferta por la que es continuamente tentado– aquellos objetos que, en comparación con el resto, poseen mayor interés, poniendo a la vez en evidencia a los que apenas lo tienen o son sencillamente fraudulentos”.
“La cultura de masas –y su proveedora, la llamada industria cultural– se proyecta en el campo del consumo, del entretenimiento, del placer –o del placebo–, de la evasión, y constituye una herramienta de control social al servicio, por lo general, de la ideología dominante. En buena medida es impermeable a la crítica, pues no comparte sus categorías. De ahí que entre una y otra suela establecerse un diálogo de besugos. Algo de lo que la crítica debería tomar más nota. Si quiere intervenir en el campo de la cultura de masas, tanto sus herramientas como sus plataformas, y por supuesto su jerga, deben ser otras”.
“¿Pero es que todavía queda alguien que “se fíe” de los premios literarios comerciales? ¿No se ha dicho ya todo de ellos…? En el texto que usted recuerda venía a decir, si no recuerdo mal, que hace ya mucho que el tinglado de los premios literarios no escandaliza a nadie, a tal punto se han hecho flagrantes las manipulaciones de que son objeto. El tinglado de los premios seguirá siendo rentable para las editoriales que los promueven en la medida en que siga obteniendo esa publicidad gratuita que contribuye a compensar la inversión hecha. En definitiva, son los periodistas los que sostienen ese tinglado, que caería por sí solo si se asumiera que se trata de eso mismo: no de un acontecimiento cultural, sino de una simple estrategia publicitaria guiada por intereses comerciales que rara vez tienen correspondencia con criterios de calidad literaria”.
P. ¿Podemos fiarnos de las listas de “los más vendidos”? (Hace poco escribía Patricio Pron un artículo en esta revista titulado “¿Por qué los llaman ‘los mejores libros del año’ cuando quieren decir ‘los que queremos que vendan’”?) R. Podemos fiarnos en la medida en que confiemos en el criterio numérico, que es el que promueve el mercado. Lo dijo Nicanor Parra en uno de sus agudos “artefactos”: “La KK se come: millones de moscas no pueden estar equivocadas”. Pero no se trata de ejercer la displicencia: es razonable pensar en la existencia de una franja de consumidores sin inquietudes culturales para los que, a falta de otro mejor, el hecho de que un libro venda decenas de miles de ejemplares, como el hecho de que una película atraiga a decenas de miles de espectadores, constituye un argumento más que suficiente para que ese libro o película en cuestión atraigan su curiosidad.
2. Tres años de pensamiento crítico y acción colectiva en la librería Suburbia
Un modelo de autogestión y compromiso comunitario en el barrio de Lagunillas. [Susana Soler|Málaga Hoy]
En el barrio de Lagunillas, en Málaga, un oasis intelectual y comunitario emerge a través de Suburbia, una librería independiente y asociativa que destila un espíritu de pensamiento crítico y acción colectiva. Fundada en abril de 2021, celebran su tercer aniversario, un hito que refleja el compromiso sostenido de sus impulsores y la calidez de la comunidad que los rodea.
Daniel Machuca, uno de los cofundadores, comparte la génesis de este proyecto: "La idea nació de reflexiones compartidas en el seno de movimientos sociales, donde surgió la urgencia de un espacio que privilegiara el pensamiento crítico y la formación en una ciudad como Málaga, donde no existía algo así". Es así como Suburbia se erige como un faro de resistencia intelectual y social en medio del tumulto urbano.