Yásnaya Aguilar: “Las lenguas no mueren, a las lenguas las matan”
"Hay que acabar con la violencia lingüística"
Clipping | 10 de octubre de 2024 | #412
La sexta edición de la Feria del Libro de la Ciudad Nueva York se inaugura con una conversación sobre lengua, territorio y migración entre Aguilar y Valeria Luiselli. [Ana Vidal Egea|El País]
“Mi relación con el castellano es conflictiva”, empezó diciendo Yásnaya Aguilar ante el auditorio, lleno casi al completo, del BMCC Tribeca Performing Arts Center. La lingüista y activista es miembro fundador del colectivo Mixe, un proyecto dedicado a la formación, investigación y difusión del mixe, una lengua indígena con seis variantes dialectales. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), es una lengua hablada por 139.760 personas, principalmente en México.
El español se impuso de una forma muy violenta. Después, ya de mayor, comprendí que no se trataba de un rechazo a la lengua, sino a los procesos políticos”. Con este recuerdo de la castellanización forzada que sufrió México, comenzaba el panel inaugural de la sexta edición de la Feria del Libro de la Ciudad de Nueva York, moderado por la periodista de origen brasileño Juliana Barbassa, que actualmente lidera la sección de libros de The New York Times.

“Llevo 20 años aquí, y tengo una hija de 15 años. Lo interesante es que cuando ella empezó a aprender inglés, yo también empecé a hacer un recorrido de aprendizaje de la lengua muy gozoso. Digamos que aprendí inglés de otro modo y la lengua se dulcificó. Si el español es mi lengua madre, puedo decir que el inglés se convirtió para mí en una lengua hija. No una lengua padre, una lengua hija”, matiza Valeria Luiselli.
Las autoras ahondaron en el concepto de las lenguas hegemónicas, cuestionando quién se puede atrever a decir lo que está bien o no expresado, si se trata de lenguas donde prima la diversidad y variedad de registros al ser usadas por millones de personas distintas y de muchos modos, incluidos los callejeros, los inventados, aquellos en que se mezclan palabras de distintos idiomas y donde se altera incluso la sintaxis. En la conversación, analizaban la importancia de conseguir que todas las lenguas tengan el mismo estatus. “Hay que acabar con la violencia lingüística: las lenguas no mueren, a las lenguas las matan. Si no se violan los derechos de los hablantes, las lenguas pueden vivir”, puntualizó Aguilar.
2. Zadie Smith: "En el mundo literario ahora mandan las mujeres"
Tras pasar 10 años en Nueva York, huyendo del «claustrofóbico mundo literario» británico, la escritora volvió a Londres y escribió una monumental novela histórica, La impostura (Salamandra), aclamada por la crítica y que ahora llega a las librerías españolas. [Vanessa Graell|El Mundo]
P. El Reino Unido de hoy no habría existido sin Jamaica ni esa esclavitud. ¿Cree que Reino Unido se ha enfrentado a su pasado colonial? R. Ni siquiera entiendo la expresión 'pasado colonial', como si fuera una sección separada de la historia. Para mí, esto es sólo Historia. Y se ha contado parcialmente. Diría que la mayoría de los británicos no son conscientes de las realidades económicas del siglo XIX, de dónde vino el dinero para construir el Londres de hoy... Tengo la esperanza de que en el futuro, cuando los niños en la escuela lean libros sobre el siglo XIX, también puedan leer este.
“¡Me encanta Annie Ernaux! En Inglaterra no hubo críticas, pero extrañamente en Francia sí... A veces también se oye cuando la gente habla de Sally Rooney. Pero creo que son los últimos suspiros de ese tipo de protestas... Porque la verdad es que en el mundo literario, como probablemente habrán notado esos críticos, ahora las mujeres mandan. Creo que hay un tipo de lector masculino que se siente más atraído por los hechos, que le cuesta más ver el propósito de lo ficticio. Pero soy comprensiva con eso, porque a mí me cuesta leer no ficción... Es una cosa temperamental, prefiero la ficción”.
3. Jon Gerediaga, Harkaitz Cano y David de las Heras, Premios Euskadi Literatura 2024
Los cuatro que faltan, Literatura en Castellano, Traducción Literaria al Euskera, Ensayo en Euskera y Ensayo en Castellano, se anunciarán la próxima semana. [El DiarioES]
Así el premio en Literatura en Euskera ha recaído en Jon Gerediaga por su obra Zeru-lurren liburua (Elkar), en palabras del jurado, “una reflexión poética que parte de la observación de la naturaleza” que “enfrenta al ser humano a su dolor”. El jurado ha destacado la presentación del “yo poético en actitud observadora, especialmente contemplando la naturaleza”. En Literatura Infantil y Juvenil en Euskera se ha premiado a Harkaitz Cano por el trabajo Mundua pitzatuta dago baina hantxe gabiltza oinez (Erein), lo que supone el cuarto Premio Euskadi de Literatura para este autor.
4. Arantxa Urretabizkaia: “Hay que desterrar la idea de que el único objetivo de los viejos y las viejas es durar”
Entrevista con la autora de La última casa (Consonni), ganadora del Premio Euskadi de Literatura en Euskera 2023. [Carlos Madrid|La Marea]
P. La historia parte de una mujer mayor que busca una nueva casa para pasar sus últimos días. ¿Por qué unir estos dos conceptos que parecen antagónicos? R. A los que escribimos en euskera nos suele lleva mucho tiempo crear novelas porque tenemos que tener otros trabajos. En mi caso, el periodismo. Iba dando vueltas a un tema y otro hasta que una amiga me contó que otra conocida estaba buscando una casa. Y empecé a tirar de ese hilo desde la ficción. ¿El motivo? Es algo que puede responder mejor un psicólogo.
5. Nuria Labari: "Un libro de cuentos requiere una disposición erótica con la vida y con el mundo"
La escritora cántabra acaba de presentar No se van a ordenar solas las cosas (Páginas de Espuma), un libro con seis cuentos muy sugerentes con historias distintas. [Carmen Peire|InfoLibre]
“Escribir un libro de cuentos requiere, para mí, una disposición erótica con la vida y con el mundo. Un erotismo continuado que no culmina en un solo objeto sino un diálogo constante con el deseo y la seducción que es para mí la escritura. En ese sentido, seis cuentos, seis flechazos superan ya los tres flechazos de mis novelas, en número. No basta con sentirlo y actuar con la voluntad y determinación que la escritura precisa. Sino que la erótica del cuento precisa sentirlo una y otra vez, con voces diferentes, con personajes muy distintos. Es un género apasionante, en todos los sentidos”.
6. Andrés Trapiello: “El relato de la memoria histórica está en manos de comisarios políticos”
En su última novela, con influencias de Galdós y Baroja, el escritor traza una historia de espionaje y romance donde la Guerra Civil todavía resuena, y con la que intenta reconciliar a un país que percibe polarizado. [María Gámez|EPE]
A pesar de la complejidad del periodo histórico que abora su novela, Trapiello intenta distanciarse de cualquier intento de politizar su obra: “El relato de la memoria histórica está en manos de comisarios políticos que desoyen la Historia o intentan reescribirla”, sentenciaba, aunque destacaba la importancia de no caer en la polarización ni en la simplificación de los hechos. Según él, la intención no es ofrecer una visión unilateral, sino presentar la complejidad de la relación de los personajes y de sus historias.
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Por Rocío Wittib